El ministro de Justicia italiano, Carlo Nordio, rechazó la solicitud de Argentina de extraditar al sacerdote ítalo argentino Franco Reverberi, acusado de crímenes contra la humanidad durante la dictadura militar argentina (1976-1983). La decisión ha causado indignación entre las víctimas y los defensores de los derechos humanos, que reclaman justicia y verdad.
¿Quién es Franco Reverberi y qué crímenes se le imputan?
Franco Reverberi es un sacerdote católico de 86 años, que nació en Italia, pero se trasladó a Argentina con su familia cuando era niño. Allí se ordenó como sacerdote y ejerció como capellán militar en el centro clandestino de detención conocido como Casa Departamental de San Rafael, en la provincia de Mendoza.
Según los testimonios de varios sobrevivientes, Reverberi participó activamente en las torturas y los asesinatos que se cometieron en ese lugar, donde se detenía ilegalmente a personas sospechosas de oponerse al régimen militar. Entre los casos que se le atribuyen, se destaca el de José Guillermo Berón, un joven de 20 años que fue secuestrado, torturado y desaparecido en 1976, y cuyo cuerpo nunca fue encontrado.
Reverberi está acusado de crímenes contra la humanidad, que son imprescriptibles según el derecho internacional. Sin embargo, él ha negado su participación en los hechos y ha alegado que solo cumplía con su deber religioso de asistir espiritualmente a los detenidos.
¿Por qué Italia se niega a extraditarlo y qué consecuencias tiene?
Italia se niega a extraditar a Reverberi por motivos de salud, según explicó el ministro de Justicia, Carlo Nordio, en el Parlamento. Nordio argumentó que el sacerdote se encuentra en una “condición semimoribunda” y que su traslado a Argentina pondría en riesgo su vida.
La decisión de Nordio contradice el fallo del Tribunal Supremo italiano, que había confirmado la extradición de Reverberi en diciembre de 2023, tras rechazar el recurso que había presentado el sacerdote. El Tribunal Supremo consideró que había suficientes pruebas para juzgarlo en Argentina y que no había razones humanitarias que impidieran su entrega.
La negativa de Italia a extraditar a Reverberi ha causado indignación entre las víctimas y los defensores de los derechos humanos, que consideran que se trata de un acto de impunidad y de complicidad con los crímenes de la dictadura argentina. Asimismo, han expresado su temor de que la decisión de Nordio responda a intereses políticos y económicos, y no a criterios jurídicos y humanitarios.
¿Qué opciones quedan para que se haga justicia?
Ante la negativa de Italia a extraditar a Reverberi, las opciones que quedan para que se haga justicia son:
- Presentar un recurso ante el Tribunal Administrativo Regional de Lazio, que es el órgano competente para revisar las decisiones del ministro de Justicia en materia de extradición. Sin embargo, las posibilidades de éxito de este recurso son escasas, ya que el Tribunal suele respaldar las decisiones del ministro.
- Solicitar que se le juzgue en Italia, invocando el principio de jurisdicción universal, que permite a los tribunales italianos conocer de los crímenes contra la humanidad cometidos en cualquier parte del mundo. Sin embargo, esta opción también es difícil, ya que requeriría la presentación de una nueva denuncia y la recopilación de nuevas pruebas.
- Mantener la presión y la movilización social, tanto en Argentina como en Italia, para exigir que se respete el derecho a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas y sus familiares, y para evitar que se repitan estos crímenes en el futuro. Esta opción es la más viable y la más necesaria, ya que implica el compromiso y la solidaridad de la ciudadanía con la defensa de los derechos humanos.
Un caso emblemático y pendiente
El caso de Franco Reverberi es un caso emblemático y pendiente, que refleja la lucha contra la impunidad y la corrupción que han caracterizado a la dictadura militar argentina, que dejó un saldo de más de 30.000 desaparecidos y miles de violaciones de derechos humanos.
También muestra la responsabilidad y la cooperación que deben tener los Estados para garantizar el cumplimiento de las leyes y los principios internacionales de derechos humanos, y para proteger a las víctimas y a los testigos. Finalmente, un ejemplo de la resistencia y la esperanza de las personas que siguen buscando la verdad y la justicia, y que no se resignan a la impunidad y al olvido.
