Astronautas pierden y encuentran el primer tomate espacial

Un tomate cultivado en la Estación Espacial Internacional se extravió durante un experimento y fue encontrado días después en un lugar inesperado. Este es uno de los mayores misterios del universo: la desaparición del primer tomate cultivado en el espacio.

La Estación Espacial Internacional es un laboratorio orbital que alberga a seis astronautas de diferentes países. Estos, realizan experimentos científicos en condiciones de microgravedad. Entre estos experimentos, se encuentran los relacionados con la producción de alimentos frescos en el espacio, que tienen como objetivo mejorar la nutrición, la salud y el bienestar de los tripulantes.

Uno de estos experimentos es el VEG-05, que consiste en cultivar tomates enanos de la variedad Red Robin en el sistema de producción vegetal llamado Veggie. Este, que utiliza luces LED y almohadillas de nutrientes para simular las condiciones de la Tierra. El experimento comenzó en noviembre de 2022 y duró 100 días, durante los cuales los astronautas cosecharon y probaron los tomates.

Sin embargo, durante el experimento, ocurrió un hecho curioso: un tomate se soltó de su almohadilla y flotó por la estación, sin que nadie se diera cuenta. El tomate perdido fue encontrado días después por el astronauta estadounidense Frank Rubio, quien lo halló en el módulo ruso Zvezda, a unos 20 metros de distancia de donde estaba plantado.

Tomate espacial: ¿perdido y encontrado o buscando aliados?

Rubio compartió el hallazgo en sus redes sociales, donde publicó una foto del tomate junto con el mensaje: “¡Miren lo que encontré en el módulo ruso! ¡El primer tomate espacial perdido y encontrado!”. Rubio también bromeó con que el tomate había viajado más que él en la estación, y que quizás estaba buscando a sus “amigos rusos”.

El incidente del tomate perdido causó sorpresa y diversión entre los astronautas y el público. Pero, también reveló algunos aspectos interesantes sobre los desafíos y beneficios de la agricultura espacial.

La agricultura espacial es una actividad que busca producir alimentos frescos en el espacio. Tanto para el consumo de los astronautas como para el estudio de los efectos de la microgravedad en las plantas. Esta actividad tiene varios desafíos y beneficios, tanto técnicos y psicológicos.

Entre los beneficios técnicos, se mencionan:

• Producir alimentos frescos, nutritivos y variados para los astronautas, que complementen su dieta basada en alimentos procesados y envasados.
• Reducir la dependencia de los envíos de alimentos desde la Tierra, que son costosos, limitados y sujetos a retrasos o fallas.
• Reciclar los residuos orgánicos y el dióxido de carbono, y generar oxígeno y agua, contribuyendo al mantenimiento del ambiente y la vida en el espacio.
• Investigar y desarrollar nuevas tecnologías y conocimientos sobre la biología, la genética y la fisiología de las plantas en el espacio, que puedan tener aplicaciones en la Tierra.

Entre los beneficios psicológicos, se mencionan:

• Mejorar el bienestar, la satisfacción y el ánimo de los astronautas, al proporcionarles alimentos frescos, sabrosos y saludables, que rompan la monotonía de su dieta y estimulen sus sentidos.
• Aumentar la autoestima, la confianza y el orgullo de los astronautas, al permitirles participar en el cultivo, la cosecha y el consumo de los alimentos que producen en el espacio.
• Fomentar la conexión, la empatía y la solidaridad entre los astronautas, al crear un sentido de comunidad, de pertenencia y de cuidado mutuo, al compartir los alimentos y las experiencias que generan en el espacio.
• Promover el desarrollo personal, la creatividad y la innovación de los astronautas, al brindarles una actividad que les permita expresarse, aprender y descubrir nuevas posibilidades en el espacio.

En conclusión, el tomate perdido en la estación espacial es un hecho anecdótico. Pero, también un ejemplo de los desafíos de la agricultura espacial, una actividad que puede tener implicaciones para el futuro de la exploración y la colonización del espacio.