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Visión internacional de la crisis humanitaria en Venezuela

Líderes mundiales no concuerdan como abordar la crisis venezolana

Desde la redacción del New York Times llega este encabezado, “La oposición política venezolana y sus muchos partidarios extranjeros, con los Estados Unidos primero entre ellos, apostaban que obtener ayuda humanitaria internacional, era crucial para socavar el apoyo militar a Nicolás Maduro y finalmente levantar al pueblo, por desgracia, el ejército bloqueó la ayuda en los cruces fronterizos, a menudo con enfrentamientos violentos”.

Esa es la postura de las grandes cadenas de noticias, que la opción podría resquebrajar el aparato militar venezolano, ofreciendo algo de comida, pero al parecer los venezolanos no son participes, ni apoyan esa clase de soporte, por el contrario, fueron también muchos los que se unieron al ejército durante la crisis.

La parte más fácil es identificar los enfoques principalmente evitados, y es Trump quien afirma tener un plan B, «y C y D y E y F» para desalojar a Maduro, pero el único que ha planteado es la intervención militar, pero esa opción no es del agrado internacional.

Y es que el uso de la fuerza en Venezuela, es una idea peligrosa, y opuesta a la posición de la mayoría de los 50 países que se han unido a los Estados Unidos en el reconocimiento de Juan Guaidó, como el presidente interino de Venezuela.

El presidente Maduro a usado la lamentable historia de las intervenciones de Estados Unidos en las Américas para unir a los venezolanos en un solo bloque y ha ganado deserciones de muchas naciones que, aunque no lo reconocen como presidente, no aceptarían el uso de militares en una invasión a Venezuela.

El 17 de marzo de 2011 el consejo de seguridad de la ONU aprobó una resolución que autorizó a tomar “todas las medidas necesarias” excepto una «ocupación militar» en Libia. Y el 19 de marzo Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña bombardearon ese país y en solo siete meses la «operación humanitaria» de la OTAN efectuó 10 mil misiones de ataque con 40 mil bombas y misiles, lo que dejó 120 mil libios muertos, según cifras de la cruz roja Internacional.

Intervención Internacional.
Cada día son más los países que reconocen a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, pero también son más los que se unen al grupo de disidencia contra una intervención internacional, y los lazos del régimen de Nicolás Maduro con Rusia y China, entre otros países siguen siendo fuertes.

La intervención militar internacional, no debe ser una opción viable

Es entonces cuando aparece el plan B de Trump, más sanciones como posibilidad, pero los Estados Unidos impuso nuevas sanciones contra petrolera en enero, reduciendo aún más lo poco que queda de los ingresos de petróleo del país y la ayuda internacional.

De la misma manera el uso de sanciones prolongadas y ampliadas, han logrado el objetivo de privar al gobierno de efectivo en primera instancia, pues no ha sido muy complicado para Maduro buscar nuevos compradores y alianzas como opciones viables para la comercialización de su principal producto y soporte de su economía.

Más sanciones, sólo impondrían más sufrimiento a una población que se encuentra ya, en el borde del abismo, con la desesperada escasez de alimentos y medicinas y una inflación desbocada, que ha llegado a hundir la economía dolarizada.

Pero lo que da al traste con los planes C, D, E y F, es que Maduro cuenta con el apoyo internacional de Rusia y China y una porción considerable de los venezolanos albergan todavía un apego a las políticas paternalistas del gobierno socialista a través de subsidios en alimento y otras prebendas.

Por lo que se plantea que el mejor resultado sería un acuerdo negociado entre la oposición y Maduro, posiblemente mediado por las naciones unidas, que logre llevar a la realización de elecciones libres, con la supervisión internacional.

Pero para Maduro, esa salida es equivalente a un golpe de estado mundial y el asediado presidente ha luchado a brazo partido contra lo que Guaidó representa, un títere de la intervención de Washington y sus aliados de derecha en América Latina.

Además del derramamiento de sangre en el pueblo venezolano, en una intervención militar del gobierno de norteamericano en Venezuela generaría de inmediato severas crisis de carácter humanitario y político en la región latinoamericana.

Por lo que, si Trump no tiene más opciones que, la injerencia militar o más sanciones, todo se quedaría en conjeturas, hasta ahora, Estados Unidos ha hecho bien en mantenerse alejados de cualquier movimiento militar amenazantes y junto con los europeos, el grupo de Lima y otros aliados, sólo han mantenido la presión y el asedio contra el país sudamericano.

Guaidó debe instalarse como líder del interino solamente para permitir nuevas elecciones justas y cualquier sugerencia de que Guaidó actuaba en nombre de Washington socavaría ese mensaje.

Puede tomar más tiempo, y puede ser necesario un acuerdo con Maduro que daría a él y sus seguidores, paso seguro al refugio en otras partes, pero manteniendo un vociferante frente de la oposición venezolana y una amplia gama de países de todas las tendencias ideológicas sigue siendo, por ahora, la mejor opción disponible.

Fuente
CNNEfectoCocuyoTeleSur

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