El gobierno de Joe Biden comienza vuelos de vigilancia militar sobre el territorio Esequibo. Una zona que Venezuela y Guyana disputan, desde hace más de un siglo. Esta intervención, muestra que sólo los intereses de Norteamérica pueden iniciar una incursión militar para la apropiación la zona rica en petróleo y recursos naturales que ambos países reclaman como suyos.
El secretario de Estado, Antony Blinken, informó el martes 7 de diciembre que los vuelos se realizarán bajo el programa de Cooperación de Seguridad y Monitoreo. Y, que tiene como objetivo “mejorar la capacidad de Guyana para detectar y responder a amenazas en su espacio aéreo y marítimo”.
Blinken también reafirmó el “apoyo inquebrantable” de EEUU a sus intereses y a la soberanía e integridad territorial de Guyana. Expresando su respaldo al proceso que lleva adelante la Corte Internacional de Justicia, para resolver el litigio histórico entre Guyana y Venezuela.
“Estados Unidos apoya plenamente el derecho de Guyana a ejercer su jurisdicción sobre su territorio, incluyendo el área en disputa. Y a explorar y desarrollar sus recursos naturales”, indicó Blinken en un comunicado.
Los intereses norteamericanos, están en medio de una disputa ilegal que Guyana plantea por apropiación indebida
El anuncio de Estados Unidos se produce un día después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, convocara un referendo consultivo en el que preguntó a sus ciudadanos si apoyan otorgar la nacionalidad venezolana a los habitantes del Esequibo y crear una nueva provincia llamada “Guayana Esequiba”.
Según Maduro, el referendo concluyó con un 95% de respaldo a su propuesta, que fue rechazada por Guyana como una “provocación” y una “violación” del derecho internacional.
Guyana sostiene que el Esequibo le pertenece desde 1899, cuando un tribunal arbitral en París, integrado por juristas de Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Italia y Suecia, dictaminó que el territorio era parte de la entonces colonia británica de Guyana.
Venezuela rechazó ese laudo y nunca lo reconoció. Desde entonces, se han sucedido varios intentos de solución pacífica, sin éxito. El último fue el proceso que inició la CIJ en 2018, que se declaró competente para decidir al respecto, pese a la oposición de Venezuela, que prefiere un diálogo bilateral con Guyana.
El conflicto se ha agudizado en los últimos años, debido al hallazgo de importantes yacimientos de petróleo en la zona por parte de empresas extranjeras, que cuentan con el permiso de Guyana. Venezuela ha denunciado que estas actividades son ilegales y ha incrementado su presencia militar en la zona, lo que ha generado alerta y preocupación en la región.
Tan pronto llegó la ExxonMobil al territorio
Estados Unidos ha sido uno de los principales aliados de Guyana en este conflicto. Y ya expresó su apoyo a su derecho a explotar sus recursos naturales. El anuncio de los vuelos de vigilancia se suma a otras medidas de apoyo a Guyana, como el envío de asesores militares. Además de, la donación de equipos de defensa y la firma de un acuerdo de cooperación energética.
Estas acciones reflejan los intereses estratégicos de EEUU en los recursos de la región. Además de su intención de contrarrestar la influencia de Rusia y China, con Venezuela y han ofrecido su mediación en el conflicto.
Sin embargo, algunos analistas advierten que la intervención de Estados Unidos podría aumentar la tensión y el riesgo de un conflicto armado, y sugieren que se busque una solución diplomática y multilateral, que involucre a otros actores regionales, como Brasil, Colombia y el Grupo de Lima.
