CentroaméricaPolítica

Bukele se adjudica la reelección aplastante en las elecciones

Con índices de aprobación en alza y sin competencia, se esperaba que el presidente asegurara su reelección de su segundo mandato

El presidente salvadoreño obtuvo más del 85% de los votos, según sus propios datos, y consolida su reelección y una amplia mayoría en la Asamblea Legislativa

Un resultado histórico y controvertido

El domingo 4 de febrero de 2024, El Salvador vivió unas elecciones presidenciales y legislativas que confirmaron con la reelección, el liderazgo indiscutible de Nayib Bukele, el presidente más joven y popular de América Latina. Según los datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE), con el 31,49% de las actas escrutadas, Bukele obtenía 1.295.888 votos, lo que representaba el 70,5% de los sufragios válidos. Sin embargo, el propio mandatario aseguró que, según sus números, había ganado con más del 85% de los votos, lo que sería un récord en toda la historia democrática del mundo. Además, afirmó que su partido, Nuevas Ideas (NI), había logrado al menos 58 de los 60 diputados de la Asamblea Legislativa, lo que le daría el control absoluto del órgano legislativo.

El triunfo de Bukele fue aplastante, pero también polémico, ya que su candidatura fue cuestionada por la oposición y por parte de la comunidad internacional. Se considerar que violaba la Constitución de 1983, que prohíbe la reelección inmediata del presidente. Sin embargo, los magistrados de la Sala Constitucional interpretaron que la prohibición no se aplicaba si el presidente. Siempre que este se tomara una licencia temporal, como hizo Bukele en diciembre de 2023. Cuando se separó del cargo por seis meses para poder postularse a las elecciones. La decisión de la Sala fue criticada por diversos sectores, que la calificaron de inconstitucional, arbitraria y antidemocrática.

Bukele es reelegido como presidente.
Nayib se hace con un segundo mandato tal como se esperaba.

La reelección como proyecto de seguridad y libertad

El principal argumento de Bukele para buscar la reelección fue el éxito de su plan de seguridad. Uno, que logró reducir drásticamente los índices de violencia y criminalidad en el país, considerado el más peligroso del mundo. Bukele, que se define como un libertario radical. Que, basó su estrategia en la confrontación directa con las pandillas, que controlaban gran parte del territorio y de la población salvadoreña. Para ello, desplegó a miles de policías y militares, endureció las condiciones carcelarias, bloqueó las comunicaciones de los reos. Negociando con Estados Unidos la extradición de los cabecillas. Como resultado, el número de homicidios se redujo de 51 por cada 100.000 habitantes en 2018 a 17 en 2023.

El plan de seguridad de Bukele le valió el respaldo de la mayoría de los salvadoreños. Que lo ven como el único capaz de garantizar la paz y el orden en el país. Sin embargo, también le generó señalamientos de supuestas violaciones a los derechos humanos, como ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias y abusos de autoridad. Además, su proyecto político ha sido criticado por su tendencia autoritaria. Dada, su confrontación con los otros poderes del Estado, su control de los medios de comunicación, y las redes sociales para atacar a sus adversarios.

Un desafío para el futuro y el desarrollo

La reelección de Bukele plantea un desafío para el futuro y el desarrollo de El Salvador. Que se encuentra en una grave crisis económica y social. Está la posibilidad de que Bukele aproveche su poder para impulsar reformas estructurales que mejoren las condiciones de vida de los salvadoreños. Que aumenten la inversión y la competitividad, que reduzcan la pobreza y la desigualdad, y que fortalezcan la calidad institucional y la transparencia. Existe y para profundizar la dependencia de Estados Unidos y del FMI.

La reelección de Bukele también plantea un desafío para la política y la sociedad salvadoreñas. Mientras esta se encuentra en un proceso de cambio y de polarización, tras el fin del bipartidismo que dominó el país desde 1992.

Existe, la oportunidad de que Bukele consolide un nuevo liderazgo, que rompa con las viejas prácticas de la corrupción y el clientelismo. Renovando el sistema de partidos y que promueva la participación ciudadana y la innovación social. Ahora, está el riesgo de que Bukele imponga un nuevo caudillismo. Uno, que elimine el pluralismo y el debate, que desarticule el tejido social y que reproduzca las lógicas de la exclusión y la violencia.

Fuente
CompactoneaSomosJujuyNYTimes

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Translate »
error: