En el foro de Davos, la gran pregunta fue: ¿Está muerta la globalización?
¿Está muerta la globalización? Es una de las grandes preguntas en la mente en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. La explosión de la conectividad y el comercio mundial que se dio por sentado durante décadas está ciertamente bajo presión.
Desde la pandemia de Covid-19, la rivalidad entre Estados Unidos y China, el Brexit, hasta la guerra en Ucrania, existe una confluencia de factores. Estos desafían la suposición de larga data de que los negocios y la inversión deben poder moverse libremente a través de las fronteras y ser la base de la globalización.
La globalización fue ese lugar, donde una vez el costo de hacer negocios impulsó las decisiones de inversión. Ahora, las empresas ahora deben considerar los factores geopolíticos y de seguridad nacional que impulsan cada vez más la formulación de políticas de los gobiernos.
Tinglong Dai, experto en globalización de la Johns Hopkins Carey Business School, opina que ya terminó el verano y aunque no está muerta, al menos lucha por sobrevivir.
«En los próximos años, podemos ver el surgimiento de una cortina de hierro de la cadena de suministro. Alli, los países occidentales mantienen altos niveles de libre comercio, inversión y movimiento de personas entre sí. Mientras, examinan los vínculos con China o Rusia y similares», afirma Dai.
El mensaje clave que sale de Davos es que la globalización debe perdurar, tal vez, su desaparición fue exagerada
«Esto significa que el libre comercio de bienes y servicios en categorías sensibles y estratégicas estará severamente restringido. Al ejemplo, chips semiconductores, baterías automotrices y productos de salud pública, e incluso las cadenas de suministro mundanas estarán sujetas a una mayor regulación y presión pública».
La asistencia relativamente mediocre al Foro Económico Mundial de este año, parece simbolizar los vientos cambiantes. Este es una de las reuniones anuales más observadas de líderes clave en política y negocios,
El canciller alemán Olaf Scholz es el único líder del G7 que asiste. En 2018, seis de los siete líderes de las economías avanzadas, incluido el entonces presidente norteamericano, Donald Trump, asistieron a la reunión.
Los líderes clave del Sur Global, como el presidente chino Xi Jinping y Narendra Modi de la India, estuvieron ausentes. A pesar que asistieron en 2017 y 2018, respectivamente, ambos se dirigieron a la reunión por videoconferencia.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que sí asistió, aprovechó la reunión para anunciar planes sobre una legislación de la industria verde. Para rivalizar con la Ley de Reducción de la Inflación norteamericana. Que ya enfurecido a los gobiernos europeos con sus subsidios para vehículos eléctricos fabricados en América del Norte.
Mientras, China se vuelve hacia un mayor nacionalismo y proteccionismo. Xi, en su discurso virtual a la reunión, describió la globalización como la «tendencia de los tiempos» y tan imparable como el flujo de un río hacia el mar.
En su comparecencia en persona, el viceprimer ministro chino, Liu He, subrayó que la inversión extranjera sigue siendo «bienvenida» y que «la puerta a China solo se abrirá más». Incluso si la globalización puede haber alcanzado su punto máximo, está lejos de retroceder por completo.
