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¿Se encuentra Venezuela al borde del abismo?

El país sudamericano debe plantearse sus futuras amenazas y buscar nuevas oportunidades

No hace mucho tiempo, unas abundantes reservas petroleras, tanto más de 303 mil millones de barriles ubicados en Venezuela, las más grandes del mundo, fueron vistos como un enorme beneficio económico. Esa vasta riqueza petrolera, que rápidamente se convirtió en el motor económico del país, fue responsable de dar forma al destino del país latinoamericano y llevarlo al borde de la grandeza.

En la década de 1970 Venezuela era el país más rico, más desarrollado y políticamente más estable de América Latina. Incluso después del rápido declive de la industria petrolera venezolana, la debacle económica y encontrarse al borde del fracaso como estado viable, muchos creen que su abundante riqueza petrolera financiará la reconstrucción del país devastado.

Lamentablemente, puede que el borde del precipicio, esté más cerca y ya sea irreversible y que sea muy tarde para que Venezuela se beneficie una vez más de su importante riqueza petrolera. Pues, aunque no se ha sucedido, el cambio de gobierno, o la salida de Maduro, por un gobierno reconocido internacionalmente, se está volviendo cada vez más apremiante para la oposición.

Mientras eso no ocurra, las sanciones estadounidenses tratarán de impedir, que Venezuela acceda a mercados energéticos internacionales para vender el crudo que está produciendo o recibir lo necesario para reconstruir su industria petrolera y hasta para reponer insumos, alimentos y medicamentos que mantienen a la población mucho más allá del borde de lo soportable.

Venezuela al Borde del Colapso.
El pésimo estado de la infraestructura vital de Venezuela se ve subrayado por la crisis. Lo que no ayuda a alejarse del borde del colapso. Pero incluso en el mejor de los casos, significa que hay un largo camino por delante para reconstruir el motor económico del país y poner fin a la crisis humanitaria existente, pero no con petróleo.

La industria podrá generar los ingresos necesarios para llevar al país al borde de la grandeza, pero las probabilidades son muy escasas.

Para los expertos petroleros, el momento de que Venezuela explote su expansiva riqueza petrolera se está acabando rápidamente. Y el surgimiento de una demanda máxima de petróleo y el creciente impulso para descarbonizar la economía al combatir el cambio climático, ha impulsado al borde a los mercados energéticos mundiales basados en los combustibles fósiles, como parte del Acuerdo de París.

Esos desarrollos han creado una cronología finita para la desaparición estos. Y a pesar que se desconoce la fecha exacta de cuándo se llegará al borde de la historia de los hidrocarburos, la mayoría de los analistas y organizaciones de la industria esperan que ocurra entre 2028 y 2035.

Cuando termine la demanda de combustibles fósiles, comenzará a disminuir la constante que ejerce presión creciente sobre los precios del petróleo, lo que a su vez hará que la inversión de la industria y, en última instancia, las reservas de petróleo y la producción caigan por el borde del abismo.

Venezuela al borde del colapso o el fin de la industria petrolera.

Es poco probable que la industria petrolera venezolana no caiga desde el borde al abismo

La pandemia Covid-19 ha demostrado lo que sucede con los precios del petróleo y la producción cuando la demanda de energía disminuye significativamente. Y esta, también ha acelerado la llegada de la demanda máxima de petróleo, por lo que, ya no es un negocio que explotar a futuro y por lo que, las reservas se han transformado en activos varados y pasivos potencialmente costosos.

Esta es una amenaza muy real para Venezuela y descarrilará las esperanzas de reconstruir la industria petrolera y el país o su destrozada economía. Mientras el líder de la oposición declara en su plan su deseo de rescatar a Venezuela de su crisis social y económica con petróleo, no proporciona los medios necesarios, ni la esperanza, de reconstruir la nación.

Se especula que podría tomar una década o más para reconstruir la industria petrolera y el roto aparato productor de Venezuela. Pero el capital necesario para reconstruir una PDVSA destrozada y una infraestructura energética venezolana es inmenso y no hay señalamientos para encontrar alternativas.

Fuente
Treasury.GovState.GovReutersUNFCCC

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