
Moisés Escamilla May, un famoso líder del narcotráfico mexicano, ha muerto en prisión tras contraer Covid-19
Escamilla, de 45 años, era la líder de un grupo dentro del temido cártel criminal Los Zetas, cumplía una condena de 37 años por crimen organizado, incluyendo su papel en la decapitación de 12 personas en Yucatán.
Mientras más de 3 mil 450 personas han muerto por Covid-19 en México, según un recuento de la universidad Johns Hopkins y la violencia se ha descontrolado en todo el territorio de la federación, Moisés Escamilla May, también conocido como el Gordo May, lideró un grupo que se hace llamar «La vieja escuela de los Zetas», que formó parte del cártel criminal de Los Zetas.
Fue el principal proveedor de cocaína en Cancún, contrabandeándola de contrabando a través de rutas marítimas desde Centroamérica hasta el popular resort de playa, también dirigió una red de informantes que incluía a miembros de la policía local.
Cuando fue arrestado en 2008 junto con ocho de sus hombres, su grupo era considerado la organización criminal más fuerte de la zona de Cancún, Escamilla, fue visto como un recluso muy peligroso y cuando murió estaba recluido en la prisión de máxima seguridad de Puente Grande en el estado de Jalisco.
Escamilla desarrolló problemas respiratorios el 6 de mayo y murió dos días después, pero las autoridades sólo hicieron pública su muerte el domingo, según el recuento oficial, México tiene más de 35 mil casos confirmados de coronavirus y 3 mil 465 muertes.

Además de Escamilla, se han notificado 74 casos de coronavirus, según los medios locales, entre ellos un custodio
Esa cifra es mucho menor que la de su vecino del norte, Estados Unidos, que tiene el mayor número de infecciones confirmadas en cualquier parte del mundo en más de 1,3 millones, sin embargo, muchos en México temen que un bajo nivel de pruebas signifique que el número real de casos podría ser mucho mayor.
La SSJ también reportó que en el penal de Puente Grande falleció un custodio por coronavirus y existen nueve casos confirmados más, uno de ellos fue catalogado como grave: el paciente se mantiene conectado a un ventilador mecánico en la clínica 110 del instituto mexicano del seguro social, para ello, se implementaron mecanismos de bioseguridad en el penal desde el 22 de marzo.
Las naciones unidas han advertido que las prisiones en América Latina, que a menudo están superpobladas, se están convirtiendo en semilleros de coronavirus, ya que es imposible que los reclusos se dilapidan socialmente.
Ha habido disturbios carcelarios mortales en Venezuela, Perú, Brasil y Colombia, con reclusos que exigen más para protegerse del virus, una ley de amnistía aprobada en México para permitir que algunos reclusos salgan libres y aliviar el hacinamiento en las prisiones durante la pandemia ha sido criticada por los activistas por no tener suficiente alcance para marcar la diferencia.