Al menos tres personas murieron en un sismo mortal en la ciudad haitiana de Jérémie, pocos días después de que las inundaciones dejaran al menos 42 muertos. El temblor de apenas 4,9 de magnitud, ocurrió en las primeras horas de la mañana, informó el Servicio Geológico norteamericano.
El sismo en origen se produjo a raíz de las lluvias torrenciales e inundaciones que desplazaron a más de 13 mil personas. El primer ministro Ariel Henry explicó que su gobierno y sus socios internacionales estaban tomando «medidas urgentes» para hacer frente a las inundaciones.
El Programa Mundial de Alimentos, una agencia de las Naciones Unidas señaló que comenzaría a proporcionar comidas calientes a los desplazados. Las autoridades haitianas indican que las tres personas que murieron fueron aplastadas cuando su casa se derrumbó. Más de una docena de personas también se encuentran heridas.
Jérémie es una ciudad costera en el suroeste del departamento de Grand’Anse. Hace dos años, la región también fue gravemente afectada por un sismo que mató a más de 2 mil 200 personas. La pequeña ciudad de Jérémie está relativamente aislada del resto del país y las conexiones de transporte se vieron aún más interrumpidas por la lluvia.
El Sismo y las inundaciones no son el mayor problema en Haití
La carretera principal que une Jérémie con la capital, Puerto Príncipe, pasa por la ciudad de Léogâne, donde tres ríos se desbordaron en los últimos días y es el punto focal de las inundaciones. Las operaciones de rescate también se ven obstaculizadas por el problema actual de Haití con las bandas criminales, que controlan muchas áreas.
Igualmente, los residentes de Léogâne, cuyas casas fueron arrasadas por las inundaciones, señalan que muchas personas desaparecieron durante los torrentes. «Pude perder a mis dos hijos, pero Dios dejó a uno de ellos colgado en un árbol». El otro de 5 años fue arrastrado por el agua.
Tanto en Léogâne, como en pueblos vecinos, el panorama es el mismo. «Perdí todo. Son buenas personas las que me dan ropa para ponerme, no tengo a nadie en quien confiar», Indican los sobrevivientes.
El alcalde de Léogâne, Ernson Henry, afirma que los residentes de la ciudad estaban «desesperados». «Lo han perdido todo. Las aguas devastaron sus campos y arrastrado su ganado».
