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14 días en el timón de un barco

Cuatro nigerianos sobreviven 14 días en el timón de un barco que atravesó en Atlantico antes de ser rescatados en Brasil

En su 10º día en el mar, los cuatro polizones nigerianos que cruzan el Atlántico en un pequeño espacio sobre el timón de un buque de carga se quedaron sin comida y bebida. Sobrevivieron otros cuatro días, según su relato, bebiendo el agua de mar que se estrellaba a pocos metros debajo de ellos, antes de ser rescatados por la policía federal brasileña en el puerto suroriental de Vitória.

Su notable viaje se desarrolló a través de unos 5 mil 600 km de océano desafiado a la muerte abrasados al gigantesco timón. La epopeya, subraya los riesgos que algunos migrantes están dispuestos a asumir para tener la oportunidad de una vida mejor.

«Fue una experiencia terrible», comentó Matthew Yeye, de 38 años, uno de los cuatro nigerianos, en una entrevista en un refugio de la iglesia de São Paulo. «A bordo del timón, no fue fácil. Estaba temblando, tan asustado. Pero estoy aquí».

Su alivio al ser rescatados pronto dio paso a la sorpresa. Los cuatro hombres señalaron que esperaban llegar a Europa en su viaje el mes pasado. Pero, se sorprendieron al saber que de hecho habían aterrizado al otro lado del Atlántico, en Brasil.

Cuatro nigerianos suben a un timón.
En medio del ruido del motor y las condiciones de hacinamiento, el sueño era raro y arriesgado, pero lograron sobrevivir.

Pasar dos semanas en un timón a poca distancia del Océano Atlántico es muy peligroso

Desde entonces, dos de los hombres del timón, fueron devueltos a Nigeria a petición suya. Mientras que Yeye y Roman Ebimene Friday, un hombre de 35 años del estado de Bayelsa, solicitaron asilo en Brasil.

«Rezo para que el gobierno de Brasil tenga piedad de mí», indicó Friday, quien ya habría intentado huir de Nigeria en barco una vez antes, pero fue arrestado por las autoridades allí. Ambos hombres afirman que las dificultades económicas, la inestabilidad política y el crimen les habían dejado pocas opciones más que abandonar su Nigeria natal.

El país más poblado de África tiene problemas de violencia y pobreza de larga data, y los secuestros son endémicos. Yeye, un ministro pentecostal del estado de Lagos, explicó que su granja de maní y aceite de palma fue destruida por las inundaciones de este año. Lo que lo dejó a él y a su familia sin hogar. Espera que ahora puedan unirse a él en Brasil.

Friday explicó que su viaje a Brasil comenzó el 27 de junio, cuando un amigo pescador lo remó hasta la popa del Ken Wave. El barco de bandera liberiana atracó en Lagos, él se quedó junto al timón. Para su sorpresa, encontró a tres hombres ya allí, esperando que el barco partiera.

Friday señala que estaba aterrorizado. Nunca habría conocido a sus nuevos compañeros de barco y temía que pudieran arrojarlo al mar en cualquier momento. Una vez que el barco se movió, Friday señaló que los cuatro hombres hicieron todo lo posible para no ser descubiertos por la tripulación del barco, a quienes también les preocupaba que pudieran ofrecerles una tumba acuosa.

Fuente
ElGuardianAmbitoLaTercera

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