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Ariel Henry llama a la calma ante la violencia en Haití

Las manifestaciones paralizan el país en medio de los llamamientos a la destitución del premier Ariel Henry

El primer ministro haitiano Ariel Henry se dirigió a la nación tras tres días de protestas violentas que exigen su renuncia por su presunta implicación en el asesinato del presidente Jovenel Moïse.

Un discurso que no convence, ni calma

El primer ministro de Haití, Ariel Henry, hizo un llamado a la calma y al diálogo en un breve discurso televisado la madrugada del jueves 8 de febrero de 2024, tras tres días de protestas violentas que exigen su renuncia por su presunta implicación en el asesinato del presidente Jovenel MoïseHenry, que asumió el cargo el 20 de julio de 2020, dos semanas después del magnicidio, negó cualquier vinculación con el crimen y aseguró que colaborará con la justicia para esclarecer los hechos.

“Quiero decirles a todos los haitianos y haitianas que no tengo nada que ver con este horrible asesinato, que condeno con toda mi alma y que repudio con toda mi fuerza. Decirles que estoy dispuesto a colaborar con la investigación, a aportar todas las pruebas que tengo, a responder a todas las preguntas que me hagan. Quiero decirles que no tengo nada que ocultar, que no tengo nada que temer, que soy inocente”, dijo Henry.

El discurso de Henry no logró apaciguar los ánimos de los miles de manifestantes que han salido a las calles desde el lunes 5 de febrero, cuando la fiscalía solicitó al juez que investiga el asesinato de Moïse que le prohibiera salir del país y que le citara a declarar como sospechoso. Los manifestantes, que acusan a Henry de ser el autor intelectual del crimen, han bloqueado carreteras, quemado neumáticos, lanzado piedras y enfrentado a la policía, en medio de un clima de tensión y violencia que ha dejado al menos 15 muertos y decenas de heridos.

Manifestaciones que lo protestan a el mismo

Los manifestantes también han expresado su rechazo al gobierno de Henry, al que consideran ilegítimo e incapaz de resolver los graves problemas que aquejan al país, como la inseguridad, la pobreza, la corrupción y la crisis política. Los manifestantes han exigido la formación de un gobierno de transición, la convocatoria de elecciones generales y la celebración de un juicio justo y transparente por el asesinato de Moïse.

“Queremos que Henry se vaya, que se entregue a la justicia, que pague por lo que hizo. Que se respete la voluntad del pueblo, que se elija un nuevo presidente, que se castigue a los culpables. Terminar la impunidad, la violencia, la miseria. Queremos que se respeten nuestros derechos, nuestra dignidad, nuestra soberanía. Pedímos un cambio, queremos un futuro mejor”, dijo uno de los manifestantes.

Haití vive una situación de caos y de incertidumbre desde el asesinato de Moïse, que ocurrió el 7 de julio de 2020, cuando un grupo de mercenarios armados irrumpió en su residencia y le disparó varias veces. El crimen, que aún no ha sido esclarecido del todo, desató una crisis política, social y humanitaria que ha agravado la ya precaria situación del país más pobre de América.

Un país al borde del colapso

Moïse, que gobernaba por decreto desde enero de 2020, tras el vencimiento del mandato de la mayoría de los parlamentarios, había sido acusado de corrupción, de abuso de poder, de violación de los derechos humanos y de intentar modificar la constitución para perpetuarse en el poder. Moïse, que se negaba a dejar el cargo hasta febrero de 2022, había convocado a un referéndum constitucional y a unas elecciones generales para el 26 de septiembre de 2020, pero ambos procesos fueron suspendidos tras su muerte.

Tras el asesinato de Moïse, se produjo un vacío de poder y una pugna entre distintos actores políticos por asumir el control del país. Finalmente, se acordó que Henry, que había sido designado por Moïse como primer ministro. Dos días antes de su muerte, ocupara el cargo y formara un gobierno de unidad nacional, con el apoyo de la comunidad internacional y de algunos sectores de la oposición. Sin embargo, otros sectores de la oposición. La sociedad civil y de la población no reconocieron la legitimidad de Henry y reclamaron la instalación de un gobierno de transición.

Pocas esperanzas para la nación insular

Henry, que se enfrenta a una fuerte oposición interna y a una creciente presión externa, ha tenido que lidiar con múltiples desafíos. Como la inseguridad, la pobreza, la corrupción, la crisis política, la pandemia de COVID-19 y el terremoto del 14 de agosto de 2020. Que dejó más de 2.200 muertos y más de 12.000 heridos. Henry, que ha prometido reactivar el proceso electoral y llevar a cabo una reforma constitucional. Pido la colaboración de todos los sectores para superar la crisis y reconstruir el país.

“Quiero hacer un llamado a la calma, al diálogo, a la unidad. Quiero invitar a todos los actores políticos, sociales y económicos a poner los intereses de la nación por encima de los intereses personales o partidistas. Proponer un pacto de gobernabilidad, que permita la formación de un gobierno amplio, inclusivo y representativo, que garantice la estabilidad, la paz y la democracia. Tambien, quiero reiterar mi compromiso con la celebración de elecciones libres, justas y transparentes. Unas, que expresen la voluntad popular y que den paso a una nueva etapa de desarrollo y de progreso. Haitianos y haitianas que tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo de nuestro país. Y dejar atrás el pasado de violencia y de miseria, de construir el futuro de paz y de prosperidad que merecemos”, dijo Henry.

Fuente
GeoPoliticaTheGhanaReportElPaisBBC

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