El presidente norteamericano parece estar dispuesto a darle pase libre al socialista
El gobierno de Donald Trump podría estar dispuesto a negociar una salida segura para el presidente venezolano, Nicolás Maduro, si está de acuerdo en renunciar pronto, según indicó una fuente anónima del gobierno a un diario norteamericano de Miami.
La fuente parecía ser inusualmente franca con un medio de comunicación sobre la política de Donald Trump en Venezuela, e indicó que la salida de Maduro del poder era «lo único en lo que hay espacio para la negociación».
La fuente anónima de acuerdo con la publicación, afirma que el presidente venezolano bien podría estar considerando renunciar a medida que Washington continúa ajustando la soga alrededor de su gobierno con una sanción sobre la sanción, paralizando su industria petrolera, pero no está seguro de si EE.UU., le dará un pase libre a él».
Existen desde hace tiempo precedentes para este tipo de acuerdo, un ejemplo es el del presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, quien pudo huir del país en 2004 a bordo de un avión militar estadounidense en medio de denuncias de fraude electoral y fue objeto de una investigación del gran jurado norteamericano sobre las acusaciones de tráfico de drogas, pero nunca fue acusado.
Otras figuras en el gobierno de Trump ya habían hablado de darle una salida segura a Maduro, pero la mención de garantías parece surgir del reconocimiento de que, después de seis meses, no hay una solución inmediata para el drama en Venezuela.
«Nadie le ha dicho al presidente que esto sería rápido», afirmó el funcionario, presionando con fuerza contra lo que él llama una «narrativa de los medios”, “Es indiscutible que tuvimos más progreso en las últimas 20 semanas con Maduro que los dos últimos gobiernos en los últimos 20 años y en ese sentido, nos sentimos muy bien con respecto a dónde estamos y el progreso que se ha logrado», indicó.
Trump le abre una puerta lateral al asediado líder socialista de Venezuela
Por lo pronto la administración de Donald Trump, que ha invertido una gran cantidad de capital político y financiero en apoyar los esfuerzos para expulsar al gobernante venezolano, ha observado cómo los planes de la oposición han fracasado uno por uno.
Comenzando por el intento de atraer dramáticamente ayuda humanitaria a través de la frontera colombiana, que terminó en una debacle absoluta, hasta un esfuerzo para poner a los militares de su lado, que culminó con varios diputados y oficiales detenidos y hasta desencadenó la muerte de un oficial naval.
Pero a medida que el reloj avanza, Maduro continúa aferrándose al poder con la ayuda de Rusia, Cuba y China, pero lo más preocupante es la crisis de los refugiados que está empeorando día con día, con salarios mínimos de 8 dólares por mes.
En medio de la escasez de alimentos y medicinas, miles de venezolanos continúan emigrando a los países vecinos, amenazando con duplicar a los actuales cuatro millones de refugiados para fines del próximo año.
«Ha llegado el momento de decir, esta es la oportunidad que tiene, y estamos dispuestos a negociar para cerrar este capítulo, pero su oportunidad se está cerrando porque ahora incluso las naciones unidas han creado un caso que podría ser utilizado en su contra en La Haya», indicó la fuente anónima.
La referencia de la ONU es al informe publicado a principios de este mes por la jefa de derechos humanos de la autoridad, Michelle Bachelet, que muestra una visión sobre las prácticas gubernamentales dirigidas a silenciar a los críticos.
Según la información de terceros citados en el informe, al menos 9 mil personas han sido asesinadas desde el inicio de 2018 por «resistencia a la autoridad».
El gobierno venezolano rechazó los testimonios y explicó que “el análisis no es objetivo ni imparcial, los puntos negativos son privilegiados en extremo y los avances o medidas adaptadas en el área de derechos humanos son ignorados o minimizados».
Según el funcionario de Washington que habló con el medio de Florida, el informe de Bachelet informe podría usarse para presentar un caso contra Maduro en la corte penal internacional de la ONU y si bien los Estados Unidos no reconocen los poderes de este tribunal, los gobiernos de América del Sur sí lo hacen, lo sugiere que podrían negarse a ofrecerle un santuario si Maduro lo pide.
«Mi preocupación es que se convierta en un desincentivo para él para encontrar una salida», señaló el funcionario de Washington, «Lo que queremos ofrecer… es que esta debería ser su oportunidad de pasar la página, ahora, antes de que sea demasiado tarde».
