El presidente de Colombia y el grupo guerrillero anunciaron la prolongación de la tregua y el cese al fuego bilateral por seis meses más, en un gesto de voluntad para avanzar en el proceso de paz.
La tregua es un paso hacia la paz
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron el martes 6 de febrero de 2024 la extensión de la tregua bilateral por seis meses más. Hasta el 31 de agosto de 2024, en un gesto de voluntad para avanzar en el proceso de paz que iniciaron en 2022. El anuncio se hizo en La Habana, Cuba, donde se realizan las negociaciones entre el gobierno y el ELN, con el acompañamiento de los países garantes: Cuba, Noruega, Brasil y Chile.
La tregua entró en vigor el 1 de septiembre de 2023, como parte de los acuerdos preliminares alcanzados entre las partes. Y tenía una duración inicial de seis meses, hasta el 28 de febrero de 2024. El cese al fuego implica el compromiso del ELN de suspender sus acciones armadas contra la fuerza pública, la infraestructura, la población civil y los líderes sociales, así como de liberar a los secuestrados que tiene en su poder.
El cese al fuego ha sido verificado y evaluado por una comisión integrada por representantes del gobierno. Del ELN, de la ONU y de la Iglesia Católica, que ha emitido informes periódicos sobre su cumplimiento y sus dificultades. Según el último informe, correspondiente al período del 1 de diciembre de 2023 al 31 de enero de 2024. La tregua ha tenido un balance positivo, con una reducción significativa de los enfrentamientos. Las víctimas y los desplazamientos, y con un aumento de la confianza y la esperanza entre la población.
Un día más para lograr la paz total
El presidente Petro y el comandante del ELN, Antonio García, expresaron su satisfacción por la extensión de la tregua. Reiterando su disposición a continuar con el diálogo y la negociación, para lograr un acuerdo de paz definitivo y duradero. Ambos líderes reconocieron que el proceso de paz ha tenido avances y dificultades. Pero, que también ha contado con el apoyo y la participación de diversos sectores de la sociedad, que han aportado sus propuestas y demandas para la construcción de una paz integral y transformadora.
“Quiero agradecer al ELN por su voluntad de paz, por su respeto al cese al fuego, por su compromiso con el diálogo. El gobierno está dispuesto a seguir trabajando con ustedes, con generosidad, con flexibilidad, con responsabilidad. Para alcanzar un acuerdo que ponga fin al conflicto armado y que abra las puertas a una nueva etapa de reconciliación y de desarrollo. El pueblo colombiano los espera, los necesita, los reconoce como actores políticos y sociales, que pueden aportar al bienestar y a la democracia del país. Quiero decirles que la paz es posible, que la paz es necesaria, que la paz es nuestra”, dijo Petro.
“Quiero agradecer al presidente Petro por su voluntad de paz, por su cumplimiento del cese al fuego, por su disposición al diálogo. Y decirle que el ELN está dispuesto a seguir trabajando con él, con sinceridad, con creatividad, con coherencia. Para lograr un acuerdo que reconozca la diversidad y la pluralidad de Colombia, y que garantice la justicia social y la soberanía popular. El pueblo colombiano nos acompaña, nos apoya, nos exige como interlocutores válidos, que podemos contribuir a la solución de los problemas y a la construcción de la paz. Quiero afirmar que la paz es posible, que la paz es necesaria, que la paz es nuestra”, dijo García.
Un desafío para el futuro
El proceso de paz entre el gobierno y el ELN es el resultado de una larga y compleja historia de diálogos y confrontaciones. Que se remonta a la década de 1980, cuando se iniciaron los primeros contactos entre las partes. El ELN, que nació en 1964 como una guerrilla inspirada en la revolución cubana y en la teología de la liberación. Es el último grupo armado ilegal que queda en Colombia, tras la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016. Como parte del acuerdo de paz firmado con el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos.
El proceso de paz actual se inició formalmente en febrero de 2017, en Quito, Ecuador. Con una agenda de seis puntos: participación de la sociedad, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto e implementación. Sin embargo, el proceso sufrió varios retrasos y rupturas, debido a las diferencias entre el gobierno y el ELN, y a los cambios políticos en Colombia y en la región.
El proceso de paz ha tenido avances y dificultades, pero también ha contado con el apoyo y la participación de diversos sectores de la sociedad. Que han aportado sus propuestas y demandas para la construcción de una paz integral y transformadora. El proceso de paz también ha enfrentado la oposición y la hostilidad de algunos sectores de la derecha. Cuestionando la legitimidad y la conveniencia del diálogo con el ELN. Por lo que han impulsado una campaña de desprestigio y de sabotaje contra el gobierno de Petro.
El desafío que tiene el proceso de paz es lograr un acuerdo definitivo y duradero, que ponga fin al conflicto armado. Uno que abra las puertas a una nueva etapa de reconciliación y de desarrollo.
Una tregua definitiva que reconozca la diversidad y la pluralidad de Colombia, y que garantice la justicia social y la soberanía popular. Que respete y proteja los derechos humanos, el medio ambiente y la cultura. Un acuerdo que se consolide con el apoyo y el compromiso de todos los colombianos y colombianas, que anhelan y merecen vivir en paz.
