El gobierno de México está asfixiando a su sector energético en plena crisis
México, que alguna vez fue un importante productor de petróleo, enfrenta desafíos crecientes a medida que el presidente Andrés Manuel López Obrador hace que sea cada vez más difícil para las empresas privadas continuar las operaciones del sector energético en favor de una mayor propiedad estatal de la industria.
AMLO parece estar expulsando a cualquier proveedor energético privado, en un intento por hacer que el mercado de electricidad y combustible de México sea totalmente estatal.
A principios de octubre, el gobierno mexicano propuso una reforma constitucional que aumentaría el control estatal del sector energético eléctrico, anulando los esfuerzos de la administración anterior para dar la bienvenida a los inversionistas privados.
Si la reforma sigue adelante, la comisión federal de electricidad o CFE, ganará el control de la mitad del mercado energético de México y establecerá términos para los operadores privados.
ALMO señala como los objetivos, los menores costos de electricidad para los consumidores. Por lo que, si la reforma gana apoyo político, verá la eliminación de la comisión nacional de hidrocarburos, CNH. Así como de la comisión reguladora de energía, CRE.
El sector energético podría pasar completamente al control del estado
Los principales reguladores de la industria y el sector energético CNH y CRE, en realidad apunta a los reguladores petroleros mexicanos que apuntalan el sector durante años.
Debido a esto, no es sorprendente que haya recibido críticas de los partidos políticos opositores, así como de los partidarios de ALMO.
Hasta hace poco, la CNH reforzó los objetivos de AMLO de eliminar la corrupción y el comportamiento ilegal en la industria del sector energético. Por lo que se cerraron tres terminales privadas de almacenamiento de combustible en agosto, supuestamente por la distribución y venta de combustible ilegal.
Sin embargo, fuentes de los medios sugieren que las reformas propuestas por AMLO. Además, estas acciones recientes en materia de energía están empujando a la industria del petróleo y el gas de México a la oscuridad.
Hasta ahora, el presidente mexicano detuvo nuevas rondas de licencias. Y también, canceló tratos entre empresas conjuntas entre la petrolera estatal Pemex y operadores de aguas profundas.
Ahora parece estar luchando contra los operadores privados en toda la industria del sector energético. Así como contra los reguladores de larga data en un intento por establecer un monopolio estatal de petróleo y gas.
Las ambiciones de empresa conjunta de Pemex eran necesarias para las operaciones en aguas profundas. Ya que la compañía actualmente no tiene la experiencia necesaria para desarrollarse en esta área. Con empresas actuales que abarcan operaciones en aguas poco profundas y refinación de petróleo.
Esta es solo la última de una serie de controversias que rodean a la industria energética mexicana. Ya que recientemente se señala el cierre de una refinería de 315 mil bpd en la ciudad de Tula, en el Estado de México.
A pesar de estar cerrado durante varias semanas, parece que nadie sabía sobre el cierre hasta hace poco, cuando los inventarios de petróleo en la refinería alcanzaron su capacidad máxima.
