El presidente Iván Duque afirma que a los venezolanos indocumentados se le negará el acceso a la vacuna
Colombia se negará a administrar vacunas contra el coronavirus a cientos de miles de refugiados venezolanos dentro de sus fronteras, ha anunciado el presidente Iván Duque. Una medida que sorprendió a expertos en salud pública y provocó la condena de grupos humanitarios.
En declaraciones a una estación de radio local. Duque afirmó que sólo los refugiados venezolanos con doble nacionalidad o estatus migratorio formal tendrán acceso a la vacuna cuando finalmente se distribuya en el país.
Según las autoridades migratorias, Colombia alberga actualmente a 1,7 millones de refugiados venezolanos que se han desplazado desde su país. Sólo alrededor del 45% tienen estatus formal, y cientos más cruzan la frontera extraoficialmente todos los días.
Duque explicó que se tomó la polémica decisión de dar prioridad a los colombianos y evitar una avalancha en la frontera. «Imagínate lo que viviríamos», comentó. «Tendríamos una estampida en la frontera mientras todos cruzan pidiendo una vacuna».
El anuncio Duque se enfrenta al asesoramiento de organizaciones internacionales que han advertido contra dejar atrás a los migrantes, como al ejemplo son los refugiados venezolanos, de las campañas de vacunación.
«Ahora es el momento de mostrar solidaridad; vacunar a migrantes o refugiados venezolanos. Cuesta menos que su hospitalización en una unidad de cuidados intensivos». Indicó Juan Viloria, médico venezolano en Colombia y coordinador de La coalición por Venezuela, un grupo de derechos de migrantes.
«No hacerlo pone en riesgo a miles de personas, especialmente a las más vulnerables que no tienen dónde aislarse, lavarse las manos o distanciarse socialmente», agregó Viloria.
Mientras tanto, Colombia se enfrenta a un brote de coronavirus resurgente. Los casos que aumentan en más de 10 mil al día después de meses de relevo. Los cierres y otras restricciones durante el período navideño han sido puestos en marcha por los alcaldes locales.
«No vacunar a los refugiados venezolanos es una mala idea desde un punto de vista epidemiológico», tuiteó Alejandro Gaviria, un intelectual público y decano de la Universidad los Andes en Bogotá.
«Pero es, sobre todo una propuesta poco ética: excluye a los más vulnerables y discrimina de una manera casi amenazante a un grupo de personas debido a su nacionalidad y estatus migratorio».
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