Blinken rompió el compromiso de Biden de no intervención, en su discurso de aceptación
El nuevo secretario de estado estadounidense Anthony Blinken apoyó abiertamente la intervención al gobierno venezolano. Lo hiso el mismo día en que prometió no más operaciones de cambio de régimen y en su primer gran discurso para el cargo.
En el discurso del miércoles, Blinken prometió que Estados Unidos evitará la intervención y no aplicará políticas de cambio de régimen. Sin embargo, apoyó derrocar a Nicolás Maduro, abiertamente el mismo día.
Pero el gobierno de Biden ya está incumpliendo esas promesas. Pues ya existe una promesa rota sobre Afganistán y el respaldo a la intervención a través de un aspirante a golpe de estado en Venezuela.
Blinken reconoció en el discurso que los esfuerzos anteriores para derrocar a gobiernos específicos por el uso de la fuerza habían fracasado. La intervención, fueron contraproducentes en el hecho de que socavaban la confianza del pueblo estadounidense en su propio gobierno.
No hubo amenaza, ni alardeo de los en acuerdos de armas con regímenes extranjeros, ni se habló directamente de intervención
«Incentivaremos el comportamiento democrático, pero no promoveremos la democracia a través de una costosa intervención militar. Ni tratando de derrocar regímenes autoritarios por la fuerza. Probamos estas tácticas en el pasado… No han funcionado”.
Han dado un mal nombre a la promoción de la democracia y han perdido la confianza del pueblo estadounidense. Haremos las cosas de manera diferente», señaló Blinken.
El discurso de Blinken sonaba tranquilizador, pero en realidad expuso la realidad de las promesas incumplidas de la administración Biden. Y humilló a los diplomáticos encargados de implementar y defender la política exterior estadounidense.
Esto suena muy bien. Pero hacer promesas después y no romperlas, ya es insultante para las personas que supuestamente están a cargo de la democracia. Se tiene una promesa incumplida a medio camino y poco clara sobre Yemen.
El discurso de Blinken también ignoró la continua realidad de los acuerdos armamentísticos de Estados Unidos con «dictaduras, incluso con Egipto». Continuando la guerra estadounidense en Siria, Irak, Irán y a sacar a sus tropas de Alemania.
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