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Canadá y sus programas de esclavitud moderna

La política de medio siglo de Canadá de vincular a los trabajadores migrantes con sus empleadores fue denunciada como esclavitud moderna.

Una demanda colectiva busca poner fin al sistema discriminatorio que somete a miles de trabajadores agrícolas migrantes a condiciones de explotación, abuso y esclavitud moderna.

Un sistema injusto y racista

Canadá se presenta ante el mundo como un país defensor de los derechos humanos, la diversidad y la inclusión, pero detrás de esa imagen se esconde una realidad que contradice esos valores. Se trata del sistema de trabajadores agrícolas migrantes, que cada año trae a más de 60.000 personas, en su mayoría de México y el Caribe, para trabajar en las granjas canadienses bajo condiciones de precariedad, vulnerabilidad y discriminación.

Este sistema, que existe desde hace más de 50 años, se basa en el principio de la atadura laboral, que impide a los trabajadores cambiar de empleador, sindicalizarse, acceder a beneficios sociales o regularizar su estatus migratorio. Los trabajadores dependen totalmente de sus empleadores, que tienen el poder de despedirlos, repatriarlos o denegarle el acceso al programa en el futuro. Los trabajadores también están sujetos a largas jornadas de trabajo, salarios bajos, condiciones de vivienda insalubres, aislamiento social y falta de protección legal.

Una demanda colectiva presentada el jueves 8 de febrero de 2024 ante el Tribunal Federal de Canadá busca poner fin a este sistema injusto y racista, que viola los derechos fundamentales de los trabajadores agrícolas migrantes. La demanda, que representa a más de 20.000 trabajadores, alega que el sistema de atadura laboral es inconstitucional, ya que crea una situación de desigualdad, explotación y abuso, que afecta de manera desproporcionada a las personas racializadas y de bajos ingresos.

“La razón por la que se impusieron estas condiciones estrictas [fue] abiertamente racista”, dijo el abogado Louis Century, que representa a los demandantes. «El gobierno canadiense quería asegurarse de que estos trabajadores no se quedaran en el país, no se integraran a la sociedad, no tuvieran voz ni derechos. Quería que fueran mano de obra barata y desechable, que no cuestionara ni reclamara nada. Quería que fueran esclavos modernos».

Esclavitud moderna en Canadá.
Esclavitud moderna en Canadá.

La esclavitud moderna, un problema que se agravó con la pandemia

La situación de los trabajadores agrícolas migrantes se ha agravado con la pandemia de COVID-19, que ha puesto en evidencia las precarias condiciones en las que viven y trabajan. Según un informe de la organización Justice for Migrant Workers, más de 2.000 trabajadores agrícolas migrantes se contagiaron de coronavirus en 2020, y al menos 12 de ellos murieron a causa de la enfermedad.

El informe denuncia que los trabajadores no recibieron la información, el equipo, el apoyo ni la atención médica adecuados para prevenir y tratar el virus. Además, señala que los trabajadores sufrieron represalias, amenazas y despidos por parte de sus empleadores cuando expresaron sus preocupaciones o solicitaron ayuda. El informe también critica la falta de acción y de fiscalización por parte de las autoridades federales y provinciales, que permitieron que se violaran los derechos y la salud de los trabajadores.

La demanda colectiva exige que el gobierno canadiense reconozca la responsabilidad que tiene en la situación de los trabajadores agrícolas migrantes, y que les compense por los daños y perjuicios que han sufrido. Asimismo, pide que se reforme el sistema de atadura laboral. Y que se garantice a los trabajadores el derecho a cambiar de empleador, a sindicalizarse. Incluso a acceder a beneficios sociales y a regularizar su estatus migratorio.

Un cambio necesario y urgente

El sistema de trabajadores agrícolas migrantes es un sistema que beneficia a los empleadores y al gobierno canadiense. Pero, que perjudica a los trabajadores y a la sociedad. Los empleadores se aprovechan de la mano de obra barata y sumisa de los trabajadores, que no tienen capacidad de negociación ni de defensa. El gobierno canadiense se beneficia de la producción y exportación agrícola. Que genera ingresos y empleos para el país, sin tener que asumir los costos sociales y ambientales que implica. Los trabajadores, en cambio, sufren la explotación, la discriminación, la exclusión y la violación de sus derechos, sin recibir ninguna contraprestación ni reconocimiento. La sociedad, por su parte, pierde la oportunidad de contar con una fuerza laboral diversa. Integrada y contribuyente, que aporte al desarrollo y al bienestar colectivo.

El cambio del sistema de trabajadores agrícolas migrantes es necesario y urgente, no solo por una cuestión de justicia, sino también de coherencia. Canadá no puede seguir proclamando su compromiso con los derechos humanos. Ni, la diversidad y la inclusión, mientras mantiene un sistema que los vulnera y los niega. Canadá no puede seguir ignorando la realidad y las demandas de los trabajadores agrícolas migrantes. Que son esenciales para la economía y la seguridad alimentaria del país. Canadá no puede seguir siendo cómplice de un sistema de esclavitud moderna, que atenta contra la dignidad y la libertad de las personas.

Fuente
GeoPoliticaCSNStateOfUnion

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