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“Una Aberración judicial y un escándalo”

Un paciente muere luego de acatar la orden de un juez

Un juez argentino obligó a una clínica privada a administrar dióxido de cloro, utilizado como un potente desinfectante, a un paciente con coronavirus que murió. Un caso de que los médicos han etiquetado como una «aberración judicial y un escándalo».

A pesar que muchas agencias de regulación médica, han advertido que el dióxido de cloro, promocionado como una «cura milagrosa» en línea. Es peligroso para la salud humana si se consume.

El juez, en una usurpación de funciones, ordenó a la institución de salud, a administrar el desinfectante, una aberración judicial.

Toda esta aberración de salud, se inicia a raíz de que los presidentes Donald Trump y Jair Bolsonaro, sugirieron que se podrían inyectar desinfectantes para tratar el Covid-19. De allí que varias personas fueran hospitalizadas por ingerir agentes de limpieza.

Aberración Judicial.
La sociedad argentina de infectología y la administración nacional de medicamentos, alimentos y dispositivos médicos. Han emitido advertencias contra el uso de productos de cloro para tratar el Covid-19.

“No es decisión de un juez administrar un medicamento. No está acreditado. Es una aberración. Ese no es su papel”

El hijastro del paciente presentó una demanda legal el jueves pasado. Un día después de la muerte de su madre por Covid-19. Para que la clínica le colocara a su padrastro la cura milagrosa.

El juez concedió la solicitud el mismo día y ordenó a la clínica Otamendi y Miroli de Buenos Aires administrar la sustancia al paciente. Y aunque la clínica apeló sin éxito contra el fallo.

En una aberración judicial, el juez dictaminó que dar el tratamiento no amenazaba ningún «daño grave» a la clínica, pero podía, por el contrario, «evitar el empeoramiento» de la condición del paciente.

El paciente, un hombre de 92 años que estaba en estado crítico por el virus, murió el lunes, confirmó el abogado de la familia.

Fue una “aberración judicial y un escándalo». «Un juez no puede decidir que un médico tiene que administrar una sustancia, para la cual no hay evidencia científica”.

“Es realmente preocupante, especialmente cuando está en forma intravenosa», señaló al caso el Dr. Omar Sued, presidente de la sociedad argentina de infectología.

Fuente
ABCLaNacionLaVanguardiaFrance24

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