Tecnologia

La NASA desarrolla batería para revolucionar la aviación eléctrica

Un nuevo tipo de batería sólida, más liviana y con mayor capacidad que las actuales, podría usarse para alimentar la aviación eléctrica

La aviación eléctrica es uno de los grandes retos de la industria aeronáutica, que busca reducir el impacto ambiental y el consumo de combustibles fósiles de los aviones. Sin embargo, para lograr este objetivo, se necesita una tecnología de baterías que sea capaz de almacenar suficiente energía, de forma segura y eficiente, para impulsar los motores eléctricos de las aeronaves.

Hasta ahora, las baterías de iones de litio, las más utilizadas en la actualidad, no cumplen con estos requisitos de la aviación eléctrica. Estas son pesadas, voluminosas, costosas y propensas a sobrecalentarse o incendiarse.

La NASA, por su parte, desarrolla un nuevo tipo de batería de estado sólido, que podría superar estas limitaciones y revolucionar la aviación eléctrica. Se trata de una batería de electrolito sólido, que le confiere una mayor estabilidad térmica y química, reduciendo el riesgo de fugas o cortocircuitos.

Las baterías de estado sólido tienen una mayor densidad de energía. Esto significa que puede almacenar más energía en menos espacio y peso. Según la NASA, podría tener una densidad de energía de 500 Wh/kg, frente a los 250 Wh/kg de las baterías de iones de litio.

NASA revoluciona la aviación eléctrica.
El desarrollo de baterías de estado sólido de la NASA ofrece potencial para un uso más ligero y eficiente de la aviación eléctrica.

Una batería que podría, por fin, desarrollar la aviación eléctrica

Los acumuladores de la NASA fueron diseñados y probados por el Centro de Investigación Glenn, en colaboración con el Laboratorio Nacional Oak Ridge y la Universidad de Maryland. El equipo utiliza una técnica de fabricación innovadora, llamada deposición de vapor químico.

La técnica consiste en depositar capas muy finas de materiales sobre un sustrato, mediante una reacción química inducida por el calor. Esta técnica permite crear baterías con una estructura más uniforme y compacta, que mejora el rendimiento y la durabilidad.

El equipo demostró que la batería de estado sólido puede funcionar a temperaturas de hasta 150 grados Celsius. Lo que la hace adecuada para su uso en entornos extremos, como como en la aviación. Además, la batería mostró una buena capacidad de carga y descarga, y una baja degradación después de varios ciclos.

El equipo espera seguir mejorando la batería y escalarla para su aplicación en la aviación eléctrica. Haciendo a las aeronaves más silenciosas, más limpias y más económicas que las actuales.

La batería de estado sólido de la NASA es un avance importante para la ciencia y la tecnología de las baterías. Esta podría tener un gran impacto en la aviación eléctrica y en otros sectores que requieren de una alta densidad de energía y una alta seguridad.

Sin embargo, aún tiene que superar algunos desafíos, como el costo, la disponibilidad y el reciclaje de los materiales. Además de la integración con los sistemas de propulsión y control de los aviones.

Por ello, la NASA sigue trabajando en el desarrollo y la validación de esta y otras tecnologías de baterías, que podrían contribuir a la transición hacia una aviación más sostenible y eficiente.

Fuente
InfoBaeAmericaEconomiaExpansion

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