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Bien cocidos a fuego medio alto

La alta temperatura ha determinado la vida y la movilidad

Cuanto mayor es la intensidad de las fuerzas intermoleculares, mayor será la energía que se deberá suministrar para que las partículas adquieran la energía cinética suficiente para producir el punto de ebullición, que es la temperatura a la cual una sustancia, pasa del estado líquido al gaseoso, este teorema hasta ahora es meramente referencial, pero al ponderar que a 50°C los líquidos comienzan a cocerse, el enigma empieza a develarse y al saber que los humanos se componen en un 75% de agua, nos lleva al meollo del asunto.

Es que 50°C es la temperatura a la que las células humanas comienzan a cocinarse, y para escapar del abrazador calor, muchos se refugian en sus habitáculos con aires acondicionados, que sobrecargan las redes eléctricas calentándolo todo aún más, esta anomalía urbana, es implemente el presagio de un cataclismo, que se está convirtiendo rápidamente en realidad.

Entonces imagine una ciudad a más de 50°C, en la que las aceras están vacías, los parques tranquilos y solitarios, barrios enteros parecen deshabitados, nadie con una opción se aventura afuera durante el día y es solo a la noche es que salen sus habitantes a la calle, al mejor estilo de los muerto vivientes, aunque a temperaturas tan altas, incluso la oscuridad no proporciona alivio, pues el aire no refrigerado se trata como efluente y se enjuaga lo más rápido posible.

Los patios de la escuela guardan silencio mientras los alumnos se refugian en su interior, en las horas más calurosas del día, está prohibido trabajar al aire libre y las únicas personas a la vista son aquellos que no tienen acceso a aire acondicionado, que no tienen escapatoria al calor, los pobres, los desamparados, los jornaleros indocumentados, es aquí donde la sociedad se divide entre ricos que tienen y los que no tienen ni la opción.

Los que no tienen la opción de refugiarse en el interior pueden confiar únicamente en la sombra, o tal vez una sábana empapada en agua colgada en frente de un ventilador, trabajadores de la construcción, conductores y vendedores ambulantes se cubren la cabeza a los pies para mantenerse frescos, los otros, mientras tanto, pasan de un ambiente climatizado a otro, en hogares, automóviles, oficinas, gimnasios, centros comerciales.

A 50°C.
A medida que el estándar de temperatura estival se mantenga en alza, las consecuencias para los humanos, serían catastróficas.

El aumento paulatino pero sostenido de la temperatura es un peligro para la salud

Aunque no lo crean, el asfalto se calienta entre 10 y 20°C más alto que el aire, con lo que lo de poder freír un huevo en el pavimento, es real, las patas de las mascotas se ampollan en un corto paseo, por lo que las mascotas se mantienen a puerta cerrada y hay en general, menos animales, muchas especies de mamíferos y aves han migrado a ambientes más fríos, tal vez a mayor altitud, o han perecido, otros como reptiles, incapaces de regular la temperatura de su cuerpo o expandir dramáticamente su rango, están en peor posición para adaptarse, incluso se sabe que los insectos sufren y han llegado a morir.

Tal vez al principio, cuando solo era una ola de calor, hubo un auge en el gasto ya que los consumidores encantados se compraron gafas de sol, trajes de baño, barbacoas, muebles de jardín y bebidas, pero la novedad se desvaneció rápidamente cuando la implacable luz del sol se convirtió en la norma y los consumidores se volvieron más selectivos y ahora las unidades de refrigeración sobrecargan las redes de alimentación, ya que el maravilloso verano, ahora es un problema.

La temperatura es un comportamiento de recalibración, donde el apetito tiende a desvanecerse a medida que el cuerpo evita el efecto térmico de los alimentos y los ánimos se vuelven más rápidos, incluso con el descontento social en cierne, pero finalmente, el letargo se establece cuando el cuerpo se apaga y cualquier período prolongado pasado al aire libre se vuelve peligroso.

En las emergencias de los hospitales ven un aumento en los ingresos por estrés por calor, problemas respiratorios y otras enfermedades exacerbadas por las altas temperaturas, en algunos se establecen salas de especialistas y ancianos, obesos y enfermos corren más riesgo, mientras más muertes aumentan.

A 50°C, justo en la mitad del punto de ebullición del agua y más de 10°C por encima de la temperatura corporal saludable, el calor se vuelve tóxico y las células humanas comienzan a cocinarse, la sangre se espesa, los músculos se cierran alrededor de los pulmones y el cerebro se llena de oxígeno, en condiciones secas, el sudor, el sistema de enfriamiento incorporado del cuerpo, puede disminuir el impacto, pero esta protección se debilita si ya hay humedad en el aire.

La llamada «temperatura de bombillo húmedo» de solo 35°C puede ser fatal después de unas pocas horas incluso para la persona más apta, y los científicos advierten que el cambio climático hará que esas condiciones sean cada vez más comunes en los trópicos, alrededor del mundo, ya este año se han visto dos veces llegar a la ciudad de México a los 50°C, incluso bajo las predicciones más optimistas para la reducción de emisiones, los expertos dicen que casi la mitad de la población mundial estará expuesta a un calor potencialmente mortal durante 20 días al año para el año 2100.

No hace mucho, el 50°C se consideraba una anomalía, pero está cada vez más extendido y a principios de este año, los millones de residentes de Pakistán, soportaron el abril más caluroso jamás registrado en la Tierra, al igual que el julio mexicano, y el junio español, pero «podrías ver el cambio físico. La superficie de las carreteras comenzó a derretirse, los vecindarios se calmaron porque la gente no salía y el vapor de agua se elevaba del suelo como un espejismo del desierto», recuerda, Dev Niyogi, profesor en la universidad de Purdue, Indiana, y presidente del departamento de medio ambiente urbano de la sociedad americana de meteorología que fue testigo de cómo las ciudades se vieron afectadas por el calor extremo en un viaje de investigación a Nueva Delhi.

La ciudad a 50°C podría ser más tolerable con exuberantes espacios verdes en y alrededor de los edificios, torres con sombras inteligentes que siguen el movimiento del sol; techos y pavimentos pintados con superficies de alto albedo, campos de captura de niebla y energía renovable para proporcionar potencia de enfriamiento sin aumentar el efecto invernadero, pero con los extremos que se arrastran más rápido que las líneas de base, Niyogi dice que esta adaptación requerirá cambios no solo en el diseño de las ciudades, sino también en cómo se organizan y cómo vivimos en ellas, lo primero, sin embargo, es que tenemos que ver lo que viene, que podría no golpear con la furia de una inundación o un tifón, pero puede ser aún más destructivo.

Pues «el calor es diferente», afirma Niyogi, «no se ve la temperatura subir hasta 50°C. pero puede tomar a las personas desprevenidas» y arrastrarlas a la muerte en cuestión de una hora.

Fuente
Guardian

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