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Se estrena la derecha en Uruguay

Luego de 15 años de gobiernos de izquierda, Lacalle se coloca la banda presidencial

Después de 15 años de liderazgo de izquierda bajo la coalición frente amplio, Uruguay ha dado inicio a un gobierno conservador de derecha, el quinto en inaugurarse en el cono sur, luego de 15 años desde el inicio de la marea rosa, liderada por el difunto presidente venezolano Hugo Chávez.

El partido nacional de centro derecha de Luis Lacalle Pou, fue inaugurado el domingo después de ganar por unas elecciones en noviembre contra Daniel Martínez del frente amplio por una diferencia de 37 mil votos, mientras que el frente amplio presidió uno de los ciclos de crecimiento económico más largos en la historia de Uruguay, el crecimiento se estancó en los últimos años.

La lenta economía, combinada con un alto costo de vida y una creciente tasa de homicidios, contribuyó a que los uruguayos se desviaran a la derecha, indican los analistas, en Uruguay, el número de homicidios aumentó en un 46% en 2018, aunque, la tasa oficial del país es de 11.8% por cada 100 mil habitantes, fue relativamente baja en comparación con otros países de la región.

«Para los estándares uruguayos, esta taza es muy alta, y muchos votantes creían que las medidas más duras eran para evitar que los crímenes relacionados con pandillas y drogas se propagaran», explica el analista político Oscar Bottinelli.

Uruguay también se ha convertido en uno de los países más caros de América Latina para vivir y «los uruguayos pagan un 30% más por un litro de gasolina, que argentinos, brasileños y chilenos», refirió el economista Ignacio Munyo.

Lacalle Pou, un abogado de 46 años e hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle que gobernó el Uruguay desde 1990 a 1995, cuenta con el apoyo de cinco partidos de centro-derecha, incluyendo el partido nacional, así como cuenta con la mayoría en el Congreso.

Presidente de Uruguay.
Uruguay tiene atención médica y educación gratuitas, y es conocido por sus leyes progresistas sobre el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, en 2013, fue el primero en el mundo en legalizar la producción y distribución de cannabis.

Uruguay comienza una nueva era, pero pocos afirman un cambio en la dirección del estatus quo

Su coalición quiere reducir el gasto público y liberalizar el sector energético, con el fin de hacer frente al déficit fiscal del país, el pasado año, el déficit aumentó al 4,8% del producto interno bruto, lo que lo convierte en el déficit más alto en 30 años.

«Pou planea hacer la mayoría de los cambios durante su primer año como presidente y los ha incluido todos en un proyecto de ley de 400 artículos», explicó el analista político Daniel Chasquetti, pero sus propuestas, sin enojar a los sindicatos, a los uruguayos de clase media y a la oposición, pueden resultar una batalla cuesta arriba.

«Los uruguayos están muy divididos», afirmó Ximena Abitante, profesora de Montevideo, «casi la mitad del país todavía apoya el frente amplio». Uruguay, está enclavada entre Argentina y Brasil, Uruguay es conocida como la «Suiza de América del Sur», en parte debido a sus reglas de secreto bancario, que recientemente fueron desechadas por el congreso, pero sobre todo por su estabilidad.

Uruguay ha sido, uno de los únicos países sudamericanos que no experimentaron disturbios sociales el año pasado, «ese es nuestro activo más grande y quizás el más preciado, lo que hace atractivo a un pequeño país agrícola como el nuestro», indicó Munyo, en los últimos años, la región ha experimentado una serie ampliada de cambios políticos, que incluyen cambios absolutos de gobiernos, como en los casos de México, Argentina, Bolivia, Ecuador y Brasil.

«Los uruguayos votaron por Lacalle Pou porque querían un cambio, pero no esperen nada radical, este es un país con una baja tolerancia hacia los extremistas», comentó Bottinelli, cuando el presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, arraigó abiertamente a Lacalle durante la campaña, diciendo que esperaba que alguien «más cercano» a su equipo ganara las elecciones presidenciales de Uruguay, el candidato trató de distanciarse del líder brasileño.

Parecía ponerse del lado del gobernante frente amplio al cuestionar la injerencia de Brasil en la política uruguaya, «no creo que sea una buena idea que los gobernantes influyan en lo que sucede en otro país», afirmó Lacalle Pou en ese momento.

Parte del plan del centro derechista, es inyectar dinero en la economía uruguaya, para acelerar las regulaciones y atraer a decenas de miles de inmigrantes ricos y calificados, en su mayoría de la región, con casi 3,5 millones de habitantes, Uruguay es una de las naciones más pequeñas por población en América del Sur.

Difícilmente un mercado atractivo, en comparación con los 200 millones de consumidores de Brasil o los 44 millones de Argentina, «ya hemos sido señalados como un remanso de paz, la idea es tomar la iniciativa de países, como Portugal, y hacerlo más atractivo para aquellos que buscan una mejor calidad de vida», señaló Germán Cardoso, el recién juramentado ministro de turismo.

Fuente
AljazeeraVaoBBC

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