Oposición boliviana aprieta a días de la elección
OEA advierte que puede que los masistas no acepten los resultados
OEA advierte que puede que los masistas no acepten los resultados
Bolivia se dirige a las elecciones del 18 de octubre tras el golpe del año pasado que dejó a la formación del gobierno de facto de Jeanine Añez en la presidencia, y que dio lugar a la dimisión de Evo Morales en noviembre de 2019. Al acercarse la elección boliviana, la derecha apremia sus señalamientos contra Evo, la izquierda promete sólo gobernar lo justo y la OEA amenaza con posibles focos de violencia para la semana que viene.
Tanto el gobierno de facto, como toda la gente, sabe que, para ganar la elección boliviana en la primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% de los votos o el 40% con un margen de 10 puntos. Estos requisitos, son actualmente llenados por Luis Arce, quien lidera las encuestas. Pero si nadie logra alcanzar estos objetivos, el 29 de noviembre tendrá lugar una segunda ronda.
Desde septiembre, Luis Arce, candidato al partido de Evo Morales, el movimiento al socialismo, MAS, lidera la carrera boliviana por el poder, con un 40,3%, mientras que su competidor más cercano, el expresidente Carlos Mesa, llega apenas al 26,2%, según una encuesta de la Fundación Jubileo. Añez que, abandonó la carrera el 17 de septiembre, explicó que lo hizo debido “al riesgo de que el voto se dividiera entre varios candidatos y que, como resultado de esa división, la MAS terminara ganando».
El gobierno de facto de Añez, no se comprometió con una transición pacífica del poder si el MAS gana, dejando el destino de la nación boliviana a la buena de Dios, «Estoy bastante seguro de que el MAS y su candidato, Luis Arce, tendrán la mayoría de los votos, por lo que la composición del nuevo parlamento tendrá un claro predominio de la MAS», señala el analista político argentino Gonzalo Fiore Vianí.
El paso del gobierno de facto deja una deuda con el FMI de 327 millones de dólares para la emergencia boliviana, el primer préstamo al país andino en 17 años
Sin embargo, es imposible predecir quien ganará en la elección boliviana, Arce puede ser capaz de ganar en primera ronda, sin descartar que el candidato presidencial del MAS tendrá que competir con Carlos Mesa, quien perdió ante Evo Morales el año pasado. “El gobierno de facto jugará un papel importante en esto, tratando de inclinar la balanza a su favor sólo para vencer a Arce», sugiere Vianí.
Sin embargo, otro dilema que se avecina es si el gobierno de Añez se comprometerá a una transferencia pacífica del poder si MAS gana, según Vianí: «El gobierno de facto ha demostrado muchas veces que realmente no creen en la democracia cuando los resultados no son los que quieren o esperan».
El golpe contra Evo Morales el año pasado, estuvo precedido por un escándalo por presunto fraude electoral por parte de la MAS, que fue inflamado por los falsos informes de la organización de estados americanos, OEA, que más tarde, fueron desmentidos por entes internacionales, insistiendo en que Evo Morales, habría ganado de manera justa.
Pero la presidenta de facto boliviana desestimó las conclusiones de los estadísticos e instituciones estadounidenses, «Ha habido algunas declaraciones de personas cerca de Jeanine Añez que han afirmado que temen que se pueda cometer un fraude en las próximas elecciones”. Mientras se han desmontado todas las auditorias y los controles de las elecciones anteriores.
