El ministro Jorge Arreaza acusa a la comisión de ser estar apegada al criterio norteamericano
Las relaciones entre Bruselas y Caracas se deterioraron a finales de junio, cuando el presidente Nicolás Maduro ordenó la expulsión del enviado de la UE a Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa, en una medida reciproca, que vino en respuesta a que el bloque que ampliaba las sanciones contra el país sudamericano.
El ministro de asuntos exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, ha acusado a la UE de seguir un camino marcado por los Estados Unidos en términos de política hacia la nación latinoamericana.
Refiriéndose al alto representante de la UE para asuntos exteriores y política de seguridad, Josep Borrell, Arreaza criticó la posición de Bruselas sobre Venezuela como una «agresión» que va en contra del derecho internacional y las convenciones diplomáticas.
«Cuando Borrell se desempeñó como ministro de relaciones exteriores de España entre junio de 2018 y noviembre de 2019, afirmó que la postura de la UE no está prevista por el derecho internacional, y que los estadounidenses los convencieron de que el gobierno del presidente Maduro renunciará en unos días a principios de 2019», explicó el ministro de relaciones exteriores.
Venezuela ha advertido a la UE que no interfiriera en los asuntos internos del país, señalando que Venezuela «no es su patio trasero»
Arreaza subrayó la importancia de que Borrell se convierta en el jefe de asuntos exteriores de la UE porque «históricamente, la Península Ibérica, España y Portugal siempre han tenido una gran influencia en las relaciones con los países de América Latina y el Caribe gracias a sus lazos culturales y económicos».
El representante de Caracas comentaba que, esperaba que la UE adoptara una mejor postura sobre sus relaciones. Sin embargo, la posición adoptada por Bruselas se basa en «similitudes ideológicas y corporativas, que de ninguna manera corresponden a relaciones apropiadas y civilizadas entre países», indica.
Las sanciones de la UE contra Venezuela, que Arreaza explica que, son «ilegales y dañinas» porque se impusieron contra «funcionarios autorizados a tomar decisiones administrativas y en el ámbito de las finanzas públicas y las relaciones entre gobiernos».
Por separado, Arreaza elogió la decisión de Maduro de mantener «la representación diplomática europea en Venezuela al más alto nivel, con 14 embajadores y un representante permanente de la UE». «Aunque no reconocieron al presidente venezolano, Maduro les permitió permanecer en Venezuela para desarrollar un diálogo a pesar de las duras divisiones que tenemos», señaló Arreaza.
