“La Red Social”: 15 años después, el retrato profético del poder digital

En octubre de 2010, se estrenó La Red Social, dirigida por David Fincher y escrita por Aaron Sorkin. Quince años después, la película no solo sigue vigente, sino que parece haber anticipado con precisión el impacto que las redes sociales tendrían en nuestras vidas.
La cinta narra el ascenso de Mark Zuckerberg desde su dormitorio en Harvard hasta convertirse en el fundador de Facebook. Aunque en ese momento la plataforma era una novedad, el filme ya mostraba las tensiones, ambiciones y conflictos que definirían el ecosistema digital actual.
Más allá de su trama empresarial, La Red Social se inscribe en la tradición de grandes dramas estadounidenses sobre poder y traición, como Ciudadano Kane o El Padrino. Pero su diferencia clave radica en la juventud de sus protagonistas: Zuckerberg y Sean Parker tenían apenas 19 años cuando comenzaron a moldear internet. Según el crítico Neil Archer, la película muestra cómo adolescentes sin experiencia llegaron a controlar enormes cantidades de poder y riqueza.
Uno de los momentos más intensos ocurre cuando Eduardo Saverin, interpretado por Andrew Garfield, descubre que ha sido excluido de la empresa. Su reacción violenta frente a Zuckerberg refleja la inmadurez emocional que atraviesa toda la historia. Archer lo resume así: “Son niños. No saben comportarse. Ni siquiera tienen edad para beber”.
La película también explora la inseguridad y el deseo de aceptación que impulsan a Zuckerberg. Su obsesión por una exnovia ficticia, Erica Albright, lo lleva a crear Facemash y luego expandir Facebook como una forma de demostrar su valía. Aunque el personaje no existió en la vida real, sirve como símbolo de las motivaciones personales detrás de los grandes proyectos tecnológicos.
Zuckerberg ha criticado esta representación, asegurando que su interés por construir cosas fue el verdadero motor. Sin embargo, como señala el historiador Jason Steinhauer, las películas basadas en hechos reales suelen dramatizar para construir una narrativa más potente.
Lo más revelador de La Red Social es cómo anticipó los efectos negativos de las redes: la soledad, la hostilidad y la falsa sensación de conexión. Estudios posteriores, como una encuesta de Cigna en 2020, han confirmado la relación entre el uso intensivo de redes sociales y el aumento de la soledad.
La escena final lo resume todo: Zuckerberg, solo en una oficina, actualiza obsesivamente la página esperando que Albright acepte su solicitud de amistad. Es una imagen que refleja el vacío emocional que puede generar la hiperconectividad.
Quince años después, La Red Social no solo cuenta una historia empresarial. También ofrece una reflexión profunda sobre cómo el mundo digital transforma nuestras relaciones, emociones y aspiraciones.