¿Es posible detectar la consciencia en una máquina?

La empresa británica Conscium, fundada en 2024 por el investigador Daniel Hulme, trabaja con neurocientíficos y filósofos para responder una de las preguntas más complejas de la era digital: ¿puede una IA desarrollar consciencia? Aunque muchos expertos lo dudan, el proyecto propone una vía experimental para descomponer el pensamiento consciente y simularlo en entornos digitales.
Más allá del rendimiento: la experiencia interna.
Mientras los desarrolladores de IA se enfocan en alcanzar la llamada “inteligencia artificial general”, Conscium explora algo distinto: la experiencia subjetiva. Hulme reconoce que los modelos de lenguaje actuales, como ChatGPT o Claude, no muestran señales consistentes de consciencia. Pero insiste en que, si esta existe en humanos y animales, podría detectarse y replicarse en sistemas artificiales.
La teoría detrás del experimento.
El neuropsicólogo Mark Solms, asesor del proyecto, basa su enfoque en el “principio de energía libre” de Karl Friston. Según esta teoría, el cerebro minimiza la sorpresa mediante un bucle de percepción y acción que genera hipótesis sobre el entorno. En humanos, este sistema estaría mediado por emociones, lo que daría origen a la consciencia.
Solms ha creado agentes artificiales que operan en entornos simulados y responden con patrones similares al miedo, la curiosidad o el placer. Estos “robots del deseo” muestran comportamientos que podrían interpretarse como señales rudimentarias de sensibilidad.
¿Una nueva forma de entender la consciencia?
Aunque el trabajo de Conscium está en una fase temprana, plantea una hipótesis provocadora: que la consciencia no depende del pensamiento racional, sino de mecanismos emocionales básicos. Si se logra integrar este enfoque con modelos de lenguaje, podríamos tener sistemas capaces de hablar sobre su propia experiencia interna.
Un debate abierto.
El estudio aún no ha sido publicado, pero ya genera reacciones en la comunidad científica. Algunos expertos creen que muchos fósiles teóricos sobre la consciencia artificial deben ser revisados. Otros advierten que diferenciar entre simulación y experiencia real seguirá siendo un desafío.
Por ahora, el proyecto de Conscium no ofrece respuestas definitivas, pero sí una nueva forma de plantear la pregunta. ¿Y si la consciencia no es tan exclusiva como pensamos?




