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Una estrategia para lidiar a Trump

El gobierno mexicano, no quiere tener problemas con su vecino

El nuevo gobierno de México tiene una estrategia para tratar con el maniatico presidente Trump, no enojarse y no hundirse, tratar de que lo ayude a financiar un ambicioso plan de inversión para frenar la migración creando empleos en América Central y si nose puede persuadir a Trump, los funcionarios mexicanos le recordarán que hay otro jugador en la región dispuesto a entrar en el vacío: China.

Eso, en pocas palabras, es el enfoque que está apostando el gobierno mexicano para desactivar el enfrentamiento de los miles de migrantes acumulados en su frontera con los Estados Unidos, con la esperanza de lograrlo.

El plan de México para tratar de recaudar fondos para desarrollar Centroamérica y el sur de México se anunció la semana pasada, cuando Andrés Manuel López Obrador, el nuevo presidente del país, presentó lo que llamó un «Plan Marshall» para abordar las causas fundamentales dela migración centroamericana: Iniciativa de 30 mil millones de dólares para invertir en la región y dar la bienvenida a migrantes a México con visas, atención médica y empleo.

Los funcionarios mexicanos han comparado la propuesta con el plan para reconstruir la Europa de posguerra, este enfoque representaría una ruptura con el antecesor de López Obrador, quien consideró rendirse a las demandas de Trump y permitir que las personas que buscan asilo en los Estados Unidos permanezcan en México mientras esperan.

Y el nuevo plan de México es, en muchos aspectos, lo opuesto a la promesa de acabar con la migración, lo que incluye construir un muro,desplegar el ejército y recortar la ayuda a Centroamérica.

AMLO y Trump.
Reconocer que puede ser difícil convencer al gobierno de Trump de que invierta grandes sumas en la región es una propuesta que solo recientemente han abordado con funcionarios estadounidenses.

No dejarse de Trump, pero no confrontarlo es la idea de AMLO

Al hablar sobre los contornos de su nueva política, los funcionarios mexicanos comentaron que no forzarían una confrontación con Trump al exigirle que acepte a los migrantes en territorio estadounidense; pues solo enojaría al presidente estadounidense, y él no lo haría de todos modos.

Pero al mismo tiempo, comentaron que no iban a cerrar una cuerdo con los Estados Unidos para mantener a los solicitantes de asilo en el lado mexicano de la frontera, eso permitiría a Trump reclamar una victoria que los funcionarios mexicanos no están dispuestos a darle.

En su lugar, quieren cambiar el enfoque de la conversación para expandir la economía de Centroamérica y el sur de su país al reunir inversión pública y privada para construir infraestructura, desarrollar el sector energético y crear empleos en la región para que la gente no tenga que hacerlo corriente al norte en primer lugar.

A diferencia de su antecesor, López Obrador está dispuesto a trazar un curso independiente en su respuesta al gobierno de Trump, en parte debido a la línea dura de la migración y en parte por la convicción de que la única manera de abordar el problema es ir después de sus causas raíz.

Y para hacer eso, México buscará ayuda donde sea que pueda encontrarla, incluida China, que ya ha expresado su interés en el plan de López Obrador para establecer cientos de kilómetros de vías para un tren turístico en la península de Yucatán, un proyecto ampliamente opuestos por los defensores del medio ambiente.

Fuente
Milenio

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