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Donald Trump no da tregua a los venezolanos

El gobierno norteamericano persiste en deportar a los refugiados de Venezuela

Trump ha informado que aún no está dispuesto a otorgar el estatus de protección temporal a los venezolanos y aunque parezca una contradicción en sí misma, la administración de Washington, alega que el país sudamericano, no posee un riesgo intrínseco que demuestra un miedo creíble, lo que significa que continuará deportando a las personas a Venezuela, un país del que el mismo afirma, que está siendo destruido por un tirano.

La noticia llega en medio de una crisis humanitaria que podría desplazar a la fuerza a 8,2 millones de personas para fines de 2020 y el mismo mes en que un informe emitido por Michelle Bachelet, alta comisionada de las naciones unidas, donde se acusó al gobierno de matar a miles de ciudadanos venezolanos.

Pero más allá de lo que se pueda pensar, el «asombroso» éxodo de Venezuela ya ha pasado de los 4 millones, según la agencia de la ONU para los refugiados y la crisis migratoria que ha producido a sus países vecinos, ha desencadenado campañas xenofóbicas contra los venezolanos en Perú, Panamá, Colombia, Chile, Ecuador y hasta dentro de los Estados Unidos.

En una carta publicada el martes, el director interino de los servicios de ciudadanía e inmigración norteamericano, Ken Cuccinelli, indicó que la administración no estaba dispuesta a otorgar el estatus de protección temporal o TPS, a los venezolanos, «en lo que se refiere a Venezuela», escribió Cuccinelli en la carta, dirigida al líder de la minoría del senado, Dick Durbin, «el gobierno de los Estados Unidos continúa supervisando la situación de los venezolanos».

Muchos acaban de caer en cuenta de que Trump no quiere al gobierno de Venezuela y tampoco a los venezolanos

Venezuela es ahora el principal país de origen de los solicitantes de asilo en los Estados Unidos, con casi 30 mil venezolanos solicitando protección en 2018, pero aún hay más en camino y se estima que medio millón de venezolanos, se encuentran dentro de los Estados Unidos de manera ilegal.

El programa TPS está diseñado para evitar que los ciudadanos extranjeros sean deportados a países que enfrentan disturbios civiles o después de un desastre natural devastador, también ha sido un objetivo de la Casa Blanca, que ha buscado terminar el TPS para los migrantes de El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán.

Informe del ICE

«Venezuela es exactamente el tipo de situación para el que el TPS fue diseñado a abordar», comentó Charanya Krishnaswami, directora de defensa de las Américas en Amnistía Internacional, Donald Trump se presentó como un firme opositor del líder venezolano Nicolás Maduro y el más prominente partidario de su oponente, Juan Guaidó, pero su gobierno continúa deportando a los venezolanos a su país de origen.

Entre octubre de 2017 y septiembre de 2018, el servicio de inmigración y aduanas de los Estados Unidos deportó a 336 ciudadanos venezolanos, «al mismo tiempo, el gobierno está diciendo que necesita monitorear más la situación, los funcionarios de la administración están calificando al gobierno de Maduro de thugocracia, y ha denunciado la situación humanitaria a la que se enfrentan tantos venezolanos», agregó Krishnaswami.

En una respuesta conjunta a la carta de la administración, los senadores Durbin y Bob Menéndez expresaron que el presidente «no puede tenerlo en ambos sentidos», por lo que no puede advertir a los estadounidenses que Venezuela es tan peligroso que deberían evitar viajar allí y luego darse la vuelta y decirles a los venezolanos en los Estados Unidos que se ven obligados a regresarlos».

Un representante de USCIS insistió en que «la carta se está malinterpretando» y señaló que, en última instancia, una designación de TPS «es una decisión tomada por el secretario de seguridad nacional», pero la aptitud contra los venezolanos, parece una sentencia de muerte.

Néstor Guillén, portador de una tarjeta verde venezolana en norteamérica, desde 2006, indicó que la disparidad entre la retórica y la acción estadounidense, refleja la «hipocresía y el oportunismo» de un partido republicano de mentalidad electoral.

«El TPS es la fruta más baja por la cual podemos ayudar a los venezolanos en el corto plazo», la administración de Trump está «vendiendo aceite de serpiente, y no prestando asistencia humanitaria», comentó Guillén.

Negarse a otorgar el TPS «envía el mensaje absolutamente equivocado a los venezolanos y al resto de América Latina», expuso Geoff Ramsey, de la oficina de Washington para América Latina, «es como si la preocupación de este gobierno por los venezolanos terminara en el momento en que abandonan su país».

Fuente
Vaonoticias

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