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¿Por qué no funciona la respuesta del Perú?

Aunque el país sudamericano actuó a tiempo, no ha logrado contener la pandemia

A pesar que Perú fue uno de los primeros países de América Latina en entrar en confinamiento obligatorio, el salto en nuevos casos es innegable, por lo que, expertos indican que, se debe al comportamiento de las personas. Perú parecía estar haciendo todo bien y su presidente, Martín Vizcarra, anunció uno de los primeros encierros por coronavirus en América Latina el 16 de marzo.

En marcado contraste con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, que ha socavado deliberadamente las medidas de distanciamiento social y cuarentena, el líder de Perú, se adhirió estrictamente a las recomendaciones de coronavirus de la organización mundial de la salud y movilizó a la policía y al ejército para hacer cumplir una cuarentena estricta.

Pero más de dos meses después, el país es uno de los más afectados por La región por Covid-19 y no ha podido aplanar la curva de infecciones. Perú ocupa ahora el segundo lugar sólo por debajo de Brasil en América Latina con 104 mil 020 casos confirmados y un número de muertes de 3 mil 024 según las últimas cifras oficiales.

Vizcarra señaló el viernes que, Perú había realizado 600 mil pruebas de coronavirus, «más que cualquier otro país de la región». Pero si bien las cifras de Perú podrían reflejar pruebas cada vez más segmentadas en lugar de una tendencia subyacente, el salto en nuevos casos es incuestionable. En la semana pasada, el número de nuevos casos de Covid-19 registrados cada día aumentó de más de 3 mil 000 a más de 4.000 al día, alcanzando un récord de 4 mil 550 nuevos casos el miércoles.

«La respuesta de Perú fue correcta a tiempo», expresó Elmer Huerta, un médico peruano y locutor de confianza en asuntos de salud pública para audiencias latinoamericanas. «Fue el primer país de América Latina en responder con un encierro. «Pero el problema era el comportamiento de la gente», indicó.

«El hecho de que en la octava semana de confinamiento tengas miles de personas que son positivas para Covid-19, significa que esas personas obtuvieron el virus mientras el país estaba encerrado, lo que significa que no respetaron la ley».

Perú Pandémico.
A pesar de tener la relación deuda/PIB más baja de América Latina antes de que comenzara la pandemia, Perú ha tenido durante mucho tiempo uno de los niveles más bajos de inversión pública de la región en educación y atención médica, lo que ha socavado fatalmente su capacidad para responder a la pandemia.

La histórica falta de inversión en instituciones públicas dejó al Perú vulnerable ante la pandemia

Los brotes mortales en la costa norte y las regiones amazónicas del Perú, donde el distanciamiento social se desligaba habitualmente, pusieron al descubierto los agujeros en el sistema de salud crónicamente infrafinanciado del Perú. El Covid-19 golpeó la ciudad amazónica más grande de Perú, Iquitos, con fuerza letal antes de extenderse a Pucallpa, en la frontera oriental del país con Brasil.

«Es desgarrador», afirmó Miguel Hilario-Manenima, un profesor universitario local, quien expuso que los hospitales públicos de Pucallpa habían cerrado y que las especulaciones habían quintuplicado el precio de un cilindro de oxígeno. «Nos sentimos abandonados por el gobierno central e ignorados por el gobierno local», expresó Hilario-Manenima, un líder indígena Shipibo-Konibo.

«Para las comunidades indígenas, es como si fueran sentenciadas a morir», agregó. «¿Para los más pobres de los pobres, es poco lo que pueden hacer?». Como en otros lugares, el coronavirus ha golpeado a los más pobres. En una comunidad Shipibo-Konibo que vivía en Cantagallo, un asentamiento ribereño de chozas de madera en Lima, las pruebas revelaron que el 72%, o 476 personas, tenía Covid-19 después de que tres murieran de virus.

El coronavirus también ha golpeado a los que están en la primera línea de la pandemia. Más de 4 mil policías han contraído el virus y 82 han muerto. El virus ha matado a 180 reclusos de prisiones y 12 guardias, y también se cobró la vida de decenas de médicos y enfermeras.

En Lima, la ciudad aclamada como la capital gastronómica de América del Sur, los mercados de alimentos han surgido como los principales centros de infección, ya que las pruebas puntuales mostraron que la mayoría de los comerciantes eran portadores asintomáticos de Covid-19.

«Estamos muy orgullosos de nuestra tradición culinaria, de nuestros métodos de cocina y de la frescura de nuestros ingredientes», indicó Hugo Ñopo, investigador principal de Grade, un think tank de desarrollo. «Pero olvidamos que el objetivo no era sólo minimizar nuestros viajes fuera de casa, sino también maximizar nuestro distanciamiento social».

Sopo señaló que, a pesar de la economía de rápido crecimiento del Perú, más del 70% de su mano de obra trabaja en la economía informal o no regulada y alrededor del 40% son autónomos, la tasa más alta de la región. «Algunos pueden estar viviendo el sueño emprendedor, pero muchos son conductores de Uber. Para este tipo de trabajadores no hay encierro», expresó. Si bien las cifras del proyecto de movilidad de Google indicaron una reducción significativa del movimiento en Perú, la cuarentena puede no haber sido tan eficaz como se pretendía.

Fuente
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