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Aún persiste el racismo el Latinoamérica

En el subcontinente más integrado, los espectros de la esclavitud y la exclusión, siguen vivos

Las ideologías latinoamericanas del mestizaje, son tan sólo una máscara de la discriminación y el racismo, las explicaciones populares para las desventajas de indígenas o afrodescendientes son estructurales y rechazan las posturas de culpar a las víctimas. En muy pocos países se reconoce específicamente la discriminación contra las minorías y muchas de estas minorías, no saben nisiquiera que son discriminados y mucho menos son visibilizados, todos vemos a los latinos y afrodescendientes en norteamérica, pero no vemos el problema en nuestra casa.

Por supuesto, América Latina ha tenido su cuota de racismo violento a través de los años: chilenos, argentinos, uruguayos y paraguayos, prácticamente exterminaron a sus indios, e incluso en Brasil, un país racialmente integrado, la población negra y más aún los indígenas, aún enfrenta prejuicios y obstáculos al poder.

Pero el racismo el viejo racismo europeo, que maltrata y discrimina y que también persigue y trata de exterminar a otros debido a su origen étnico, ha sido la excepción y no la regla en la América Latina moderna.

La cuestión del racismo varía de un país a otro, pero siempre hay una constante en donde las actitudes y prácticas racistas han sido pronunciadas, donde las poblaciones indias permanecieron física y culturalmente separadas de los españoles, la discriminación racial contra los indios ha sido más fuerte y persiste en la actualidad.

En un país como Venezuela, con una pequeña población india, una gran mezcla de africanos anteriormente esclavizados y una minoría de criollos, el lenguaje despectivo basado en el color de la piel es común, aunque no ofensivo en todo caso.

Racismo y Discriminación en Latinoamérica.
Durante el período de la retoma de la derecha de los gobiernos latinoamericanos, se ha observado un aumento de la discriminación y la criminalización de ciertos sectores de la sociedad, integrados estos por afrodescendientes e indígenas

La derecha se recupera de la marea izquierdista y va llenando de racismo y exclusión social a la región

Pero a pesar del tiempo y que la esclavitud fue abolida en América hace más de 200 años, aún existen resquicios de racismo y cada vez parece crecer más. Desde la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia del Brasil el pasado año, se ha perdido toda la voluntad y se ha arremetido contra los afrodescendientes, considerados como una plaga social y contra los indios para despojarlos de sus tierras.

El caso es que hace una semana, la cada vez más peligrosa derecha política, que ha retomado algún poder en la américa latina, es cada vez más racista en sus señalamientos y persecuciones, llegando a la expresión usada por la autoproclamada presidenta de Bolivia Jeanine Añez, de “pobre indio”, al referirse al presidente boliviano, Evo Morales, mientras le procuraba un golpe de estado.

A pesar de los desafíos existentes por combatir el racismo en la región, los esfuerzos de políticas sustantivos comenzado a mejorar las oportunidades y las condiciones de vida para muchos indígenas y afrodescendientes, pero tan sólo durante los gobiernos de izquierda.

Las persistentes disparidades económicas y educativas, junto con el acceso limitado a los servicios públicos, la violencia sistémica y las pocas oportunidades, continúan afectando a la mayoría de la población discriminada de América Latina, recientemente en lugares como Colombia o Chile, con la persecución contra las minorías.

A pesar de estos desafíos, aunque se hayan alcanzado logros en las leyes individuales, los esfuerzos realizados país por país, no disminuyen el racismo, la discriminación racial y las formas conexas de intolerancia.

Lejos está la solución simple a un problema complejo, que marcó un paso importante en la nueva voluntad del hemisferio de reconocer y abordar los efectos generalizados de la discriminación racial y de dar protección y visibilidad a indios, como en el estado plurinacional de Bolivia, las leyes contra la discriminación de Venezuela y Colombia y hasta los esfuerzos que se hicieron en la OEA, hasta la llegada de Luis Almagro.

Fuente
NYTimesONU

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