Físicos neerlandeses logran imprimir en 3D un árbol de Navidad hecho de hielo
Un experimento que abrió nuevas fronteras.
Lo que comenzó como una curiosidad navideña terminó convirtiéndose en un avance científico. Un equipo de la Universidad de Ámsterdam imprimió en 3D un árbol de Navidad de apenas ocho centímetros, construido únicamente con agua congelada. El resultado no solo es decorativo: demuestra que es posible fabricar estructuras complejas sin aditivos ni residuos, lo que abre la puerta a aplicaciones industriales y espaciales.
Cómo funciona la impresión de hielo.
El proceso se basa en el enfriamiento por evaporación. Al rociar agua en una cámara de vacío, las moléculas superficiales se evaporan rápidamente, lo que provoca un descenso brusco de la temperatura y la congelación inmediata de las gotas. Con un chorro de apenas 16 micrómetros de diámetro, los investigadores lograron que el agua se solidificara capa por capa, formando la figura con precisión.
Una innovación frente a métodos tradicionales.
A diferencia de técnicas anteriores, que requerían nitrógeno líquido, helio o aditivos químicos, este método utiliza solo agua ultrapura y una impresora 3D adaptada para trabajar en vacío. Al finalizar la impresión, basta liberar la cámara para que el hielo se derrita sin dejar residuos.
Aplicaciones potenciales:
- Industria: moldes de hielo que se derriten tras el proceso, útiles para crear canales internos en materiales.
- Medicina: estructuras temporales para ingeniería de tejidos y aplicaciones quirúrgicas.
- Medio ambiente: un sistema limpio, sin contaminantes ni desperdicios químicos.
- Exploración espacial: en Marte, donde la presión atmosférica es compatible con esta técnica, podría usarse el hielo local para fabricar piezas y estructuras sin necesidad de transportar materiales desde la Tierra.
