El conflicto se pone de relieve tras las muertes de activistas indígenas
«Todo el conflicto sucede debido a la competencia por el control territorial para llevar a cabo el tráfico de drogas», afirma Samuel Cucunamé, miembro de la guardia y padre de Breiner, de pie junto a la tumba de su hijo en el entierro, al que la gente de los Nasa se refiere como «plantar» a alguien de vuelta a la tierra.
«Personas inocentes mueren», por el conflicto activo, «porque como guardias indígenas defendemos nuestra tierra de los grupos armados».
La guardia indígena, o Kiwe Thegnas en el idioma Nasa Yuwe, es una red de base de hombres, mujeres y niños que se ofrecen como voluntarios para defender sus territorios ancestrales del conflicto con grupos armados.
Este conflicto, se originó en el violento departamento colombiano del Cauca. Que comenzó a operar como una fuerza organizada en 2001, durante un pico en el conflicto armado.
El conflicto está activo en muchas zonas rurales de Colombia
Sin armas propias, los miembros de la guardia se enfrentan a una amplia variedad de grupos armados en Colombia. Desde los ahora desaparecidos rebeldes izquierdistas de las FARC hasta los paramilitares de derecha y el ejército colombiano.
Los miembros de la guardia llevan un bastón decorado con una cinta roja y verde que simboliza el poder que les otorga la comunidad. Tienen escuelas de fin de semana para los jóvenes, enseñándoles no solo sobre las costumbres tradicionales, sino, cómo protegerse a sí mismos y a su tierra en conflicto.
Los miembros de la guardia afirman que su principal amenaza, proviene de grupos de rebeldes disidentes de las FARC. Unos que, no están de acuerdo con un acuerdo de paz de 2016 que vio al grupo desmovilizarse y que tomaron las armas.
Proteger las tierras indígenas de los disidentes de las FARC y otros grupos que causan estragos en el medio ambiente a través de la minería ilegal de oro. Además del cultivo de coca, la materia prima de la cocaína, es ahora el objetivo principal de la guardia.
Expertos señalan que los disidentes, que se cuentan por cientos, también están tratando de imponer el control social sobre las comunidades. En partes de Colombia donde luchan por el control de los recursos, lo que lleva a un aumento del conflicto en esas áreas.
