Las plataformas de mensajes, están llenas de brechas de seguridad
Hace casi una década que, las revelaciones de Edward Snowden provocaron un debate internacional sobre la seguridad de los datos y de las plataformas de mensajes. Existe un número creciente de personas, que toman precauciones de seguridad, pero nada garantiza que lo logren.
Muchos piensan, que tan pronto das aceptar a los acuerdos con una compañía informática, vendes tu alma al diablo. Y así es en realidad.
Muchos no revisan los acuerdos, cuando instalan plataformas de mensajes, como WhatsApp o Facebook Messenger. Por lo que, no saben que quedan en medio de la calle y desnudos.
Ocho de cada 10 personas creen que se debe exigir a las empresas que obtengan el consentimiento directo para recopilar o vender sus datos. Pero todavía no existe una discusión significativa sobre la privacidad de los datos. Y no hay garantía que ya no lo hagan.
Los mensajes de texto, y particularmente los intercambios uno a uno o en lugar de los chats grupales, se sienten tan íntimos como los susurros en su almohada. Pero, si espera que sus mensajes de texto permanezcan privados, No lo haga.
La mayoría de la gente confía y escriben mensajes que los meten en problemas
En una sociedad de alto funcionamiento, las leyes y las costumbres sociales están alineadas. Y ya va siendo hora, de cerrar la enorme brecha entre las leyes de privacidad y protección de datos.
A pesar de que los códigos de ciberseguridad de las aplicaciones son fuertes, siempre hay una posibilidad de dar con una brecha de seguridad. Que debilita las medidas establecidas que protegen la privacidad de los usuarios. Este es el riesgo al que se están enfrentando los usuarios de WhatsApp, Telegram o Messenger.
Una simple búsqueda en Google nos muestra cómo existen muchas webs y aplicaciones que prometen espiar el WhatsApp de otras personas. Sin embargo, todas estas aplicaciones suelen ser bastantes peligrosas, ya que prometen mucho, pero ofrecen pocos resultados.
Estas aplicaciones de pago o gratuitas, por sí solas, ya plantea un serio debate ético. Pero es algo que queda en manos de los usuarios. Ahora bien, parece que los desarrolladores están empeñados en mantenerse en esta criticable postura, que simplemente, trata de ofrecer a los usuarios una manera de espiar sin recursos legales.
Todos los expertos coinciden en que la situación es inevitable. Es una carrera armamentística, en la que a un sistema de defensa le sigue de inmediato uno nuevo de ataque. Y en este intervalo, la vulnerabilidad es total.
