En México desde hace poco más de 10 años hay una guerra no convencional en la que se combate abiertamente a los cárteles del narcotráfico y que ha dejado a la nación con miles de muertos, pero no hay bombardeos humanitarios, ni ataques con armas químicas, no hay atentados con coches bomba, ni por el cielo azteca surcan misiles Tomahawk lanzados desde portaaviones y sobre todo no hay participación de potencias extranjeras, por eso la situación mexicana no se discute en el consejo de seguridad de las naciones unidas y menos en el seno de la OEA.
La que desde 2006 se llamó «guerra contra el narcotráfico», nunca se ha considerado un conflicto bélico, ni siquiera de los no convencionales, y habiendo pasado más de 10 años desde el inicio de la violencia y tantos muertos, ya ha dejado de ser considerado un conflicto y se ha hecho parte de la cotidianidad de la sociedad mexicana.
No se considera un enfrentamiento y menos una guerra, dentro de pocos días se proyectará el estreno en Estados Unidos de «Sicario 2», una película de Benicio Del Toro, y por supuesto estará llena de balas, muertos y varias alusiones, es una cinta centrada en la guerra contra los carteles de la droga en país centroamericano y aunque el éxito internacional de filmes como el mencionado, demuestran que hay interés en la ficción sobre conflictos armados, la realidad que enfrenta el mexicano, no parece importar a nadie a nivel internacional.
Las muertes en México, no parecen ser tan importantes
Durante el inicio de la campaña electoral y solo en el primer trimestre de este año, se acometieron 6 mil 557 asesinatos en el país, lo que afirma un aumento del 13% con respecto a los muertos registrados en el mismo período del año anterior.
Los mexicanos, han superado su capacidad de asombro y vileza y ya parecen cotidianos los crímenes en los que los modos de operación, sorprenderían a las autoridades de cualquier país del mundo, los mexicanos afrontan asesinatos tan crueles y difíciles de comparar como cadáveres colgando de puentes, disueltos en ácido o descuartizados, pero lo más preocupantes con las 32 mil personas que desde 2006 han desaparecido y de los que no se ha hallado rastro alguno.
El novel de la paz de 1987, Oscar Arias, ha comentado que «La violencia en México es realmente alarmante y la indiferencia hacia lo que acontece allí es muy grande de parte del resto del mundo», afirma el expresidente de Costa Rica.
Por eso es más inquietante que en la asamblea general de la organización de estados americanos, OEA, realizada en Washington el mes pasado, los temas principales a tratar con urgencia por los altos comisionados eran las crisis de Venezuela y Nicaragua, algo que no sorprende, por las denuncias de los supuestos abusos gubernamentales en ambos países, el tema mexicano no se tocó, ni de manera accesoria, a pesar que el mismo secretario general del organismo, Luis Almagro, indicara en marzo que la situación en México era «absolutamente inaceptable en un proceso electoral».
La OEA envió en marzo observadores al país, que levantaría un informe en vista a la reunión del organismo interamericano, pero el tema de la violencia en México, nunca fue abordado en dicha reunión.
El país ha venido sufriendo una de las peores olas de violencia de toda su historia, con 25 mil 340 homicidios dolosos registrados el año pasado unos 70 muertos al día, según las cifras oficiales y desde que el gobierno emprendió la llamada guerra contra el narcotráfico en el 2006, más de 200 mil mexicanos, han perdido la vida, en mayor parte, en derivación de este conflicto armado.
Al parecer a los políticos aztecas, sólo les interesa el cambio de gobierno y las elecciones y parece contradictorio que después de 112 políticos muertos en el marco de la cita electoral del 1 de julio próximo, el canciller mexicano, Luis Videgaray, afirme a la prensa, cuando fue requerido por la violencia electoral, afirmara que había preocupación de su gobierno por la violencia, pero negó que las elecciones estuvieran en riesgo, «México es uno de los mejores sistemas electorales del mundo», expresó.
Lo que está en contra posición con lo expresado por el exsecretario general de la ONU y premio nobel de la paz de 2001, Kofi Annan, quien advirtió que en México «sin control, la violencia criminal plantea una seria amenaza a las instituciones democráticas y, sin duda, a la democracia misma», pero eso no es de importancia para las instituciones locales y menos para las internacionales.
Parece ser que mientras no veamos cascos blancos o tropas aliadas realizando ataque a la población civil y bombardeando de manera indiscriminada nuestras casas, no existirá un conflicto real en la federación mexicana y que los muertos, ya sean víctimas del narcotráfico, de las actividades ilícitas de bandas criminales o de simple ajuste de cuentas entre partidos políticos, no serán importantes, ni para mencionarlos en un foro mundial
Y es que aparente la no-guerra azteca, no se ve por televisión, aunque sus muertos si se apilan y la forma en que se cuentan y se compara con las de otros países es motivo de controversia entre un centro de análisis y el gobierno mexicano, México es el país con más muertes en el mundo, sólo por detrás de Siria, aunque allí hay una guerra civil en la que se ocupan tropas de muchas partes del mundo.
