Por qué los cubanos tomaron las calles en marchas repentinas y casi inauditas
Para el lunes por la mañana las calles del barrio habanero de 10 de Octubre estaban despejadas. La única señal de las marchas de la noche anterior fueron los barrenderos, dejando solo manchas de gris donde habían caído ladrillos.
Más, sin embargo, esta calle, que se dirige hacia el sur, hacia las afueras de La Habana, no estuvo tan tranquilo el día anterior. Este fue el epicentro de las marchas casi inauditas en la capital cubana el domingo.
Otras marchas se llevaron a cabo en todo el país. Podo después de que las primeras concentraciones comenzaran a las afueras de La Habana, en la localidad de San Antonio de los Baños.
Los manifestantes gritaron «Libertad» y «Patria y Vida», durante las marchas. Un juego de palabras con el lema revolucionario Patria o Muerte, que establece la voluntad de los revolucionarios. «No tenemos miedo».
Las marchas continuaron en medio de la represión gubernamental
Videos y noticias de las marchas se difundieron a través de las redes sociales, lo que provocó nuevas manifestaciones en todo el país de 1.250 km.
En la provincia de Santiago de Cuba, la gente se unió a las marchas en la ciudad de Palma Soriano. Hubo reportes de disturbios en Santa Clara, en el centro del país, y en Cárdenas, la ciudad más golpeada por la pandemia de coronavirus.
Los problemas de Cuba crecieron lentamente durante muchos años, a medida que la falta de inversión y la creciente obsolescencia mellaron la isla.
Pero la pandemia exacerbó los problemas. El año pasado, el turismo cayó a la nada y la economía se contrajo un 11 por ciento, una cifra que se cree que es mucho peor a estas alturas.
Muchos cubanos trabajaban directamente en el turismo, o en sus márgenes, para ganar lo suficiente para alimentar a sus familias. O bien dependían del dinero enviado desde el extranjero. Todas estas fuentes de efectivo se secaron.
Mientras tanto, el gobierno unificó dos monedas que manejaba: los pesos cubanos convertibles vinculados al dólar estadounidense y los pesos cubanos. Esto había sido visto como una reestructuración largamente necesaria del sistema que protegía a la anticuada e ineficiente industria cubana, pero llegó al centro de una crisis.
Los cortes de energía empeoran aún más el problema. La mayor parte del país ha estado enfrentando apagones de cuatro a seis horas. Igual que pasa en otros países debido al embargo de 60 años de Estados Unidos a Cuba.
También se conoce, que los suministros de energía a los hospitales que se ocupan de las víctimas de Covid-19 deben ser protegidos. Díaz-Canel, volvió su fuego contra los manifestantes que, «Tiraron piedras a las tiendas de divisas, robaron artículos». Comentó, antes de calificar su comportamiento de «vulgar, indecente y moroso».
