Alrededor de 155 millones de personas en todo el mundo padecen de hambre en niveles de crisis
El informe de la Oxfan, «El virus del hambre se multiplica». Según escribe, la cifra de muertos por hambruna supera a la de Covid-19, que mata a unas siete personas por minuto.
«Las estadísticas de hambre, son asombrosas. Pero debemos recordar que estas cifras están compuestas por personas individuales que enfrentan sufrimientos inimaginables. Incluso una persona es demasiada», señaló Abby Maxman, presidenta y directora ejecutiva de Oxfam América.
Según la organización benéfica Oxfan, 155 millones de personas en todo el mundo viven ahora en niveles de crisis de inseguridad alimentaria o algo peor. Unos 20 millones más que el año pasado. Alrededor de dos tercios de ellos se enfrentan al hambre porque su país está en conflicto militar.
A mediados de junio, el número de personas que cayeron en la fase más aguda de la hambruna se situó en 521 mil 814 en Etiopía, Madagascar, Sudán del Sur y Yemen. Frente a las 84 mil 500 del año pasado, un aumento del hambre de más del 500 por ciento, según el informe global de la Oxfan, sobre crisis alimentarias 2021.
La Oxfam busca con urgencia fondos para financiar sus programas en todo el mundo
El grupo identificó a países como Yemen, la República Democrática del Congo, Afganistán y Venezuela como los lugares donde las crisis alimentarias existentes se habían agravado por el inicio de la pandemia y sus consecuencias económicas.
Oxfam señala que las tres principales causas que desencadenan el hambre aguda son el Covid-19, la crisis climática y el conflicto político o armado. Las guerras fueron el mayor impulsor del hambre desde que comenzó la pandemia, empujando a casi 100 millones de personas en 23 países asediados a peores niveles de escasez de alimentos.
«En lugar de luchar contra la pandemia, las partes beligerantes lucharon entre sí, con demasiada frecuencia asestando el último golpe a millones de personas. Muchas ya golpeadas por desastres climáticos y choques económicos», indicó Maxman de la Oxfan.
«El hambre se sigue utilizando como arma de guerra, privando a los civiles de alimentos y agua o impidiendo la ayuda humanitaria”, como es en el caso de Venezuela o Yemen. “La gente no puede vivir de manera segura o encontrar alimentos cuando sus mercados están siendo bombardeados y los cultivos y el ganado son destruidos».
“Aspiramos ayudar a millones de personas a lo largo de los próximos meses”
Señala la Oxfan, que el gasto militar mundial aumentó en 51 mil millones de dólares durante la pandemia. Una cantidad que supera en al menos seis veces lo que las Naciones Unidas necesitan para detener el hambre.
Instó a los gobiernos a impedir que los conflictos sigan generando «hambre catastrófica». Para garantizar que los organismos de socorro puedan operar en zonas de conflicto y llegar a los necesitados. También pidió a los países donantes que financien «inmediata y plenamente» los esfuerzos de la ONU para aliviar el hambre.
Mientras tanto, el calentamiento global y las repercusiones económicas de la pandemia han provocado un aumento del 40% en los precios mundiales de los alimentos. El más alto en más de 10 años. Este aumento ha contribuido significativamente a empujar a decenas de millones de personas más al hambre, comenta la Oxfan en el informe.
El análisis del organismo, se produce antes del informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación sobre la seguridad alimentaria mundial, que se publicará el próximo lunes.
