Lo que se necesita en este momento es un poco de optimismo sobre México
El día más corto y oscuro del año que marca el solsticio de invierno, también recuerda el horizonte de México en vista a las oportunidades que se avizoran para el próximo año. Esto no es falta de optimismo, es la pura y dura realidad.
De hecho y hablando honestamente, el panorama es sombrío, sombrío, sombrío. En términos simplistas, el futuro del país, con una campaña electoral en ciernes y los vaticinios económicos, descalabra cualquier atisbo de optimismo.
Razón esta, por la cual, el mejor regalo de navidad para este extenso, rico, peligroso y descuidado país es s implemente una inyección de positivismo y tres vacunas de optimismo.
Resulta ineludible, que este año no fue bueno para México. De hecho, fue aún peor que el 2020. La buena voluntad y la alegría, debe marcar las celebraciones y desplazar la tristeza y la fatalidad.
Sólo hay que enfocarse en ser optimista y positivo
El zócalo esta semana, luce bellamente decorado y lleno de luces. Con bailarines que realizaban danzas folclóricas son jarocho y un bazar navideño alineado a lo largo de las calles con vendedores locales que vendían sus productos en su mayoría hechos a mano.
También está haciendo frio y es más agradable caminar y disfrutar de los recorridos históricos. No se puede recorrer la fachada del Palacio Nacional, que se encuentra en un lugar de lúgubre de la conciencia nacional.
Sin embargo, lo más destacado es que hasta ahora, abrazar el optimismo, es difícil para los mexicanos. Sobre todo, con el gobierno en curso. Esto se debe a las cifras y los datos.
Mientras las cifras muestran a los 52 mil cadáveres no identificados en las morgues mexicanas o la fallida estrategia de capos; los cientos de miles de migrantes desaparecidos, asesinados o muertos en accidentes. Es complicado hacer que el optimismo apasiones a las personas.
Así que ese fue el solsticio de invierno este año para México. Sombrío de tantas maneras: la pobreza aumenta, los narcos expanden para siempre sus poderes, la impunidad reina.
Pero como luces navideñas parpadeantes que brillan a través de la lluvia fría, la belleza y la gracia se abren paso: destellos de luz y calor durante el día más frío y oscuro. Para un próspero año nuevo.
