Los migrantes siguen a través de México a pesar del conflicto

Cientos de miles de migrantes siguen llegando a la frontera México-norteamericana

Mientras las conversaciones entre líderes se llevan a cabo en la búsqueda de un acuerdo migratorio que evite los aranceles con los que Trump ha amenazado a México, los centroamericanos están saltando un famoso tren de carga mientras que el presidente norteamericano exige a México y al presidente Andrés Manuel López Obrador, haga más para detenerlos.

En las zonas silvestres barridas por el viento del sur de México, una Bestia se está moviendo, los migrantes que se dirigen hacia el norte una vez más se arriesgan en el tren de carga conocido como La Bestia, llamado así por la forma en que maneja a los desafortunados pasajeros que caen bajo sus ruedas mientras se mueve a través del istmo de Tehuantepec.

Hasta no hace mucho, los migrantes buscaban cada vez más seguridad al marchar en número, uniéndose a caravanas en masa para viajar a través de México y por un tiempo se les dio una bienvenida inusualmente cálida, pero en las últimas semanas, la recepción se ha enfriado drásticamente: han surgido bloqueos de carreteras en todo el sur del país, y los funcionarios de inmigración han allanado los campamentos de migrantes y han destruido caravanas.

Evelio Isidro, de 23 años, salió de Honduras a pie para escapar de los extorsionadores y originalmente planeó caminar a lo largo de México después de escuchar que el gobierno estaba ofreciendo visas de tránsito para los centroamericanos.

Pero cuando el grupo con el que viajaba fue atacado por oficiales de inmigración, que lo obligaron a correr por las colinas para escapar del arresto, optó por el arriesgado viaje en tren.

«El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que no iban a detener a ningún migrante, así que decidí venir», explicó Isidro, «pero la policía y los funcionarios de inmigración nos están deteniendo y deportando».

México sigue siendo la principal carretera y el refugio de los migrantes hacia norteamérica

Cuando asumió el poder en enero, López Obrador prometió revisar la política de inmigración en México, durante mucho tiempo temida por los migrantes centroamericanos como una zona peligrosa de extorsión, secuestro y agresiones sexuales.

AMLO, expresó que México ya no haría el «trabajo sucio» de Estados Unidos, sino que ofrecería visas humanitarias que les permitan a los migrantes pasar un año en el país, pero Donald Trump ha descarrilado esas aspiraciones y ha acusado repetidamente a México de no haber impedido que los migrantes y las drogas ilegales lleguen a los Estados Unidos, y ahora ha amenazado con imponer aranceles a las exportaciones mexicanas hasta que se resuelva el problema.

Durante su visita a Londres el martes, Trump repitió el tema, alegando que México estaba permitiendo que «millones de personas» pasaran por el país azteca, y advirtió que las tarifas podrían imponerse tan pronto como la próxima semana.

El ministerio de relaciones exteriores de México respondió con fuertes cifras de detención y deportación: 80 mil 537 personas han sido repatriadas, principalmente a Centroamérica, desde que AMLO asumió el cargo, López Obrador también le escribió a Trump y le recordó a su homólogo estadounidense: «La estatua de la Libertad no es un símbolo vacío».

Pero AMLO se ha adherido a la política de «permanecer en México» de Trump, lo que obligó a casi 9 mil solicitantes de asilo a permanecer en México a medida que sus casos son atendidos en los tribunales de los Estados Unidos, mientras tanto, los funcionarios de inmigración mexicanos están demorando más en emitir documentos de viaje y las caravanas se acorralan rápidamente.

“El gobierno está reaccionando de manera extremadamente hostil y con políticas migratorias que están lejos de su retórica”, comentó Salva Lacruz, coordinadora del centro de derechos humanos Fray Matías de Córdova en Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala.

México ha comenzado a emitir «visas regionales» que permiten a los migrantes visitar libremente varios estados del sur, lejos de la frontera con los Estados Unidos, pero los migrantes han mostrado poco interés en la región cargada de pobreza donde los salarios son poco más altos que en América Central.

«Es una táctica para contener la ira de Trump», explicó Lacruz sobre las visas regionales, «el gobierno mexicano está bajo una enorme presión de Estados Unidos», incluso en medio de la represión, los migrantes siguen llegando y el martes cerca de 400 personas cruzaron el río Suchiate desde Guatemala.

Las tensiones se han desbordado en la cercana ciudad de Tapachula, donde los migrantes han organizado brotes masivos desde el centro de detención del siglo XXI, el grupo del martes estaba compuesto principalmente por hondureños, pero otros que pasan por la ciudad son de Cuba, Haití y países africanos.

Muchos acampan en Tapachula mientras esperan, viviendo en hoteles infestados de cucarachas o durmiendo en láminas de cartón a lo largo de las carreteras, «mis hijos tienen resfriado y tos», afirmó Kesner Bazin, un migrante haitiano que en una tarde reciente estaba esperando bajo la lluvia afuera del centro de migrantes una visa de tránsito que le daría 20 días para cruzar México.

Cuando las primeras caravanas a gran escala pasaron por la región a fines de 2018, los residentes recibieron a los migrantes con los brazos abiertos, ofreciendo a los viajeros cansados ​​agua, comida y ropa, esa ayuda se ha evaporado y algunos lugareños se han vuelto hostiles.

Los funcionarios también se han vuelto hostiles y en Huixtla, en la carretera de Tapachula, los patrulleros han circulado por la ciudad, advirtiendo a través de un altavoz: «Se acerca una peligrosa caravana», «tengo que defender a mi gente», comentó el alcalde de Huixtla, José Luis Laparra, golpeando su puño sobre la mesa antes de jactarse de que su fuerza policial estaba «golpeando las cabezas» de personas malas.

Las historias no confirmadas de migrantes que cometen delitos circulan en las redes sociales y crean titulares escandalosos, «el estado y la oficina del fiscal no tienen estadísticas que muestren que el crimen ha aumentado», refirió Sandybell Reyes, coordinadora de migración de Voces Mesoamericanas, una organización de derechos humanos, «hay una estigmatización de las caravanas y de todas las personas que vienen con ellos».

Los expertos en migración dicen que las caravanas se formaron para que los migrantes pudieran moverse abiertamente y evitar los riesgos de la carretera a través de México, ahora advierten que, como en las medidas de represión anteriores, los migrantes se verán obligados a tomar rutas más largas y arriesgadas, como la Bestia, para evitar los puntos de control de inmigración.

«Están más expuestos a ser robados, violados, ataques por el crimen organizado», comentó Guadalupe Ramírez, voluntaria en el refugio de los Hermanos en la carretera en Ixtepec, «son como el objetivo perfecto».