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La paz de la ciudad de las mujeres

100 casas conforman el núcleo de sosiego que estas valientes se erigieron

Muchas mujeres perdieron hijos, hermanos y esposos, durante el recrudecimiento del conflicto armado de más de medio siglo en Colombia, el derramamiento de sangre entre guerrilleros de izquierda, paramilitares de derecha, autodefensas y el ejército del país que, obligó a casi ocho millones de personas a huir de sus hogares.

Mujeres y minorías étnicas como los afro colombianos en particular se enfrentaban a mayores niveles de violencia durante el conflicto y a menudo llegaban a ciudades lejanas sin nada ni nadie, por lo que, en un barrio empobrecido de la sofocante ciudad costera de Cartagena, un grupo de mujeres desplazadas decidió hacer algo al respecto.

Ellas formaron la liga de mujeres desplazadas y en 2003 comenzaron a construir su propia comunidad ladrillo a ladrillo: La Ciudad de las Mujeres, esta ciudad, en el cercano municipio de Turbaco, se compone de 100 casas que las mujeres construyeron con sus propias manos.

El conflicto armado colombiano se ha mantenido desde hace unos 50 años, pero la primera década del 2000, se fue agravando, pero fue la violencia sexual y el ataque a las mujeres lo que, se usó para sembrar el miedo, las dueñas de la ciudad son sobrevivientes de esa violencia.

Ofrecen refugio a las mujeres y sus familias que se enfrentaron a asesinatos, violaciones, amenazas y otras violencias tanto en sus hogares como durante su desplazamiento, mientras en los juzgados, todos los crímenes en su contra permanecen en la impunidad.

La lucha los ha unido y les ha dado el poder de luchar contra cosas como el machismo, las normas sociales y los estigmas contra las desplazadas que, siguen siendo prominentes en gran parte del país, «La guerra te había quitado las casas, alejado de tus costumbres, tus sueños y tu tierra», comenta Consuelo Villega Mendoza, de 44 años, proveniente de una ciudad de la región norte de Sucre, y se vio obligada a huir después de que los paramilitares comenzaran a masacrar comunidades cercanas a la suya.

Ciudad de las Mujeres.
Todas tuvieron que dejar sus lugares de origen por la violencia, el conflicto de más de 50 años que azota a Colombia, en el que la confrontación entre guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas del Estado ha dejado más de 220.000 muertos y más de seis millones de desplazados.

Estas mujeres fabricaron su propia ciudad para encontrar un lugar de paz

«Era sólo cuestión de tiempo hasta que te pasara a ti», expresó. «Me fui del miedo», con su hija dirige un restaurante fuera de la casa que construyó, «Ser parte de la liga de mujeres desplazadas me ha ayudado mucho porque me han enseñado a seguir adelante».

La comunidad tiene una placa en la que se lee, «La Ciudad de las Mujeres» y afirma que convirtió el sueño de las mujeres de una vida con dignidad en realidad, las señoras de la ciudad han luchado para conseguir justicia por los crímenes cometidos en su contra, pero los 159 casos de violencia de género y desplazamiento siguen sin resolverse.

Alneris Orozco Caupo, de 47 años, originaria de la región noroccidental del Cesar, se vio obligada a huir con sus dos hijos pequeños hace más de 20 años debido al conflicto territorial entre los paramilitares y los rebeldes de las Farc, muestra con orgullo fotos de sus hijos que, se gradúan de la escuela secundaria y la universidad, algo que nunca fue capaz de lograr debido a la violencia.

Antes de ser desplazada por la fuerza, solía tejer grandes sombreros tradicionales colombianos, pero los materiales no existen en las llanuras secas cerca de Turbaco, por lo que hace todo lo posible para tejer y vender las pequeñas.

Mientras construían las casas, los miembros de su comunidad fueron asesinados, violados y amenazados, pero expresan que su ciudad terminada se erige como un símbolo de resistencia pacífica, porque, a pesar de su nombre, la Ciudad de las Mujeres también tiene residentes masculinos. Las mujeres, a menudo jefes de familia, crearon la ciudad para que sus hijos y parejas vivan y la comunidad ha crecido a medida que los miembros comenzaron a tener sus propias familias.

Mientras Colombia lucha por salir de más de medio siglo de conflicto armado, las mujeres de la ciudad planean contar sus historias y buscar justicia ante el sistema judicial de transición del país, «Esta vida que hemos creado me ha enseñado que soy una mujer con derechos, que podemos hacer otras cosas», concluye Orozco.

Fuente
ElNuevoHeraldRT

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