El líder de la asamblea nacional parece haber renunciado a las negociaciones
Juan Guaidó, diputado presidente de la asamblea nacional, quien en enero pasado invocó a la constitución para nombrar presidente interino de Venezuela, parece haber renunciado a las negociaciones formales con el presidente Nicolás Maduro, confirmando el martes que sus representantes no tienen planes actuales para asistir a más conversaciones en Oslo, Noruega.
Hablando con los reporteros fuera del edificio del palacio legislativo federal en Caracas, Guaidó descartó los rumores de que sus representantes tenían la intención de mantener más conversaciones.
«Nunca habrá un buen momento para mediar… Con secuestradores, violadores de derechos humanos y una dictadura», indicó a los periodistas, «Estamos ante una dictadura mortal», haciendo alusión a la reciente muerte en cautiverio del oficial Acosta Arévalo.
Guaidó agregó que no había «ninguna declaración oficial de que asistiríamos a una nueva ronda» de conversaciones en la capital noruega y que solo volverían a la mesa de negociaciones una vez que acordaran el objetivo mutuo de «facilitar el cese de la usurpación «.
Muchos venezolanos están perdiendo la paciencia con Guaidó por su incapacidad de sacar a Maduro del poder y como sucedió en abril, pareció ofrecer esperanza después de anunciar que algunos miembros del ejército habían acordado unirse a la comunidad internacional en lo que se consideró un golpe de estado.
Por ahora reconocer a Guaidó como el legítimo presidente del país, no parece haber cambiado la balanza, y el esfuerzo parece haberse esfumado una vez que quedó claro que los oficiales militares de alto rango no estaban dispuestos a renunciar a su lealtad al régimen de Maduro.
Guaidó quiere que la crisis en Venezuela se disuelva por otro medio que no es el dialogo
Maduro, que parece señalar en otra dirección, ignoró la negativa de Guaidó y en una alocución en la televisión estatal indicó que su gobierno estaba «comprometido con el diálogo de Noruega» y que las conversaciones tenían como objetivo crear «una mesa permanente para el diálogo y las soluciones».
En la ronda anterior de conversaciones previas en Noruega, se finalizó sin ningún acuerdo alguno, y con Guaidó alegando que el régimen rechazó sus demandas de instaurar “un gobierno de transición y elecciones libres», como la única manera de poner fin a la política, económica y política en curso del país, que ha creado la crisis humanitaria que enfrentan.
«Me gustaría reafirmar la disposición del gobierno para el diálogo en Noruega, destinado a crear un mecanismo permanente para las conversaciones y la búsqueda de soluciones», declaró, «esta es la meta y puedo decir que el proceso se está desarrollando de buena manera… Habrá noticias positivas en las próximas semanas sobre qué tan bien van los procesos de contacto, negociación y preacuerdo».
“La reunión terminó sin acuerdo”, se comentó en su momento, «hemos insistido en que la mediación será útil para Venezuela siempre que haya elementos que permitan el avance hacia una verdadera solución», afirmó Guaidó.
El líder opositor ha insistido a que, “por lo tanto, seguimos en la lucha hasta que resolvamos la crisis que sufren todos los venezolanos”, por lo que, “el proceso no disuade los esfuerzos a través de todas las vías constitucionales».
Al parecer, y en esta medida, la voluntad de Guaidó de dialogar con el régimen socialista fue una gran decepción para la mayoría de sus partidarios, muchos de los cuales creían que era capaz de derrocar a Maduro, tomar las riendas del gobierno e instigar a una transición a la democracia en la crisis del país.
Una encuesta nacional realizada en mayo reveló que el 87.6% de los venezolanos se oponía a todas las formas de diálogo con el régimen, mientras que poco más del 10% de los encuestados indicaron que estaba a favor de las conversaciones, muchos de los cuales habrían sido partidarios de Maduro.
