El líder opositor llama al ejército y al pueblo a la calle desde un aeropuerto
Venezuela ha entrado a un más de lleno en una crisis, pero esta vez política y ha entrado en una nueva fase potencialmente violenta, cuando un intento de golpe de estado, estalló en el corazón de su capital, Caracas, teniendo a la cabeza al líder de la oposición y presidente de la asamblea nacional Juan Guaidó, que desde esta madrugada instaba a sus partidarios a salir a las calles para forzar al presidente Nicolás Maduro a salir del poder.
Un día de alto drama y profunda incertidumbre comenzó poco antes del amanecer del martes cuando Guaidó, que ha sido punta de lanza de una campaña de tres meses para derrocar a Maduro, publicó un video en línea en la cual aparecía rodeado por soldados armados cerca de una instalación militar en Caracas.
«El tiempo es ahora», expresaba Guaidó, de pie fuera de la base aérea de La Carlota, «vamos a alcanzar la libertad y la democracia en Venezuela», añadió, instando a los simpatizantes a salir a la calle.
No estaba claro cuántos soldados se habrían sumado a la causa de Guaidó, pero cientos de civiles simpatizantes se reunieron frente a la base aérea, donde las tropas leales a Maduro dispararon gas lacrimógeno, lo que provocó un breve intercambio de disparos.
Más adelante, imágenes de televisión de los enfrentamientos entre tropas del gobierno y los militares alzados en armas dejaron a varios heridos al parecer, otras imágenes mostraron guardias nacionales persiguiendo ausentes manifestantes en una carretera cercana al aeropuerto lanzándoles gas lacrimógeno.
Maduro no hizo ninguna aparición pública, pero aseguró que él había hablado con los comandantes militares y que estos le habían mostrado «total lealtad», escribió el mandatario en Twitter, pidiendo «¡Nervios de acero!”, a la población y solicitando la “máxima movilización popular asegurar la victoria de la paz, ¡Vamos a ganar!»
Guaidó, seguía llamando durante todo el día al contingente militar y al pueblo a apoyar su causa
Altos funcionarios salieron por medios radioeléctricos insistiendo que la sublevación fracasaría, así como Diosdado Cabello, segundo al mando de Maduro, quien afirmó que Venezuela estaba en un estado de «calma absoluta», pero pidió a los partidarios del chavismo a reunirse en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas «para defender la revolución, para defender a Nicolás y a defender el legado de Hugo Chávez».
«Prevaleceremos, se les tratará como un grupo de golpistas», afirmó Cabello.
El ministro de información de Venezuela, Jorge Rodríguez, reivindicó a la «derecha extranjera de siembrar el golpe de estado, asesino» y responsable de la sublevación, también hizo un llamado a los ciudadanos para estar al lado de las «gloriosas» fuerzas armadas de Venezuela mientras «desactivan» el golpe.
Altos funcionarios estadounidenses declararon su apoyo a la nueva tentativa de Guaidó de derrocar a Maduro, con un Donald Trump twitteando: «Estados Unidos está con el pueblo de Venezuela y su libertad!»
Incluso entre los aliados de Guaidó, hubo preguntas sobre si su apuesta de alto riesgo pagaría, «después de esto, serán arrestados o Maduro se irá», escribía el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, «no hay ninguna otra manera».
Pero en un mitin por la tarde en la Plaza Altamira de Caracas, Guaidó insistió en que la victoria estaba a la vista, «avanzaremos, resistiremos y nos llevarán en las calles,» prometió Guaidó, rodeado por un número soldados armados con rifle de soldados que habían desertado a su lado.
«¿Podemos o no podemos?» Guaidó pidió a sus fanáticos, «¡Si podemos!» animó nuevamente y hay indicios de que la rebelión se extiende en todo el país, con informes de protestas de partidarios de la oposición en las principales ciudades como Valencia, Puerto Ordaz, Maracaibo, Mérida y Barquisimeto.
Líderes de la oposición elogiaron lo que alegaban era el principio del fin para Maduro. «¡Venezuela en las calles! Es el momento de conquistar nuestra libertad,» escribió María Corina Machado, desde fuera de La Carlota.
Guaidó estuvo acompañado por su mentor político Leopoldo López, quien expresó a los periodistas: «hoy la gente está muy clara que las cosas tienen que cambiar. El pueblo y las fuerzas armadas van a conseguir acabar con la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres.»
López ha estado bajo arresto domiciliario desde el 2017, pero su esposa, Lilian Tintori, en una entrevista afirmó que su marido había sido liberado «para liberar a Venezuela junto a Guaidó».
La larga crisis política de Venezuela estalló en enero después de que Guaidó, el joven jefe del su parlamento en gestión de la oposición, se proclamara legítimo líder interino del país, argumentando que Maduro había robado el poder en la elección y habría así «usurpado» la presidencia.
