Honduras espera resultados en elecciones presidenciales que resultaron pacíficas
Los resultados preliminares no definen quien es el ganador y ambos partidos esperan desde el domingo por la noche los resultados. Pero determinar un ganador puede llevar días, a pesar que los dos principales partidos se atribuyen la victoria, la situación se mantiene pacífica.
Los hondureños votaron el domingo en tensas elecciones generales. Que, aunque pacíficas, probablemente tendrán repercusiones mucho más allá del país centroamericano. Mientras Estados Unidos está observando de cerca los resultados.
Para la oposición, estas pacíficas elecciones representan una oportunidad para restablecer el estado de derecho. Luego de ocho años de desmantelamiento sistemático de las instituciones democráticas por parte del presidente saliente, Juan Orlando Hernández.
Podría decirse que lo que está en juego es aún mayor para los líderes del partido en el poder. Si pierden las protecciones otorgadas por el cargo, enfrentarán cargos de corrupción y narcotráfico en los Estados Unidos y Honduras.
Los dos principales partidos políticos afirmaron haber ganado en mensajes de Twitter casi idénticos publicados. Mientras que las situaciones se mantienen pacíficas, la gente todavía emitía votos al final de la tarde.
Estas elecciones terminan con las pacíficas vacaciones electorales del presidente Hernández
Habiendo hecho de Centroamérica una prioridad de política exterior, la administración Biden no detiene la marea de autoritarismo y corrupción en la región.
El malestar económico y político del país, así como la violencia crónica, están llevando a los hondureños a unirse a las decenas de miles de centroamericanos que se dirigen a la frontera sur de los Estados Unidos cada mes.
La situación no es pacífica en Honduras, e impulsa los ataques republicanos y potencialmente daña las perspectivas demócratas en las próximas elecciones de mitad de período.
Las encuestas muestran una reñida carrera entre el candidato del gobernante partido nacional, Nasry Asfura, el carismático alcalde de la capital, Tegucigalpa; y Xiomara Castro, la esposa de Manuel Zelaya, quien fue depuesto en un golpe de Estado en 2009.
Ambos candidatos, de diferentes maneras, prometen una ruptura con el gobierno profundamente impopular de Hernández.
Ambas partes de maneras pacíficas, se presentaron a las elecciones como la batalla decisiva por el destino del país. Pero las perspectivas de un cambio radical son pobres.
Los principales partidos en Honduras se ven empañados por acusaciones de corrupción o vínculos con el crimen organizado.
«En el mejor de los casos, obtendrás un resultado que no será excelente», señaló Daniel Restrepo, miembro del centro para el progreso americano. «La esperanza es inyectar más legitimidad en el sistema».
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