Funcionarios conocieron el destino de 43 estudiantes desde el primer día
Las fuerzas armadas de México sabían que los 43 estudiantes de maestros que desaparecieron en 2014, habrían sido secuestrados por delincuentes. El ejército ocultó pruebas que podrían haber ayudado a localizarlos, según un informe publicado el lunes por una investigación especial.
Una ex fiscal colombiana, Angela Buitrago, afirmó que el grupo de expertos independientes encontró las evidencia. En ellas, se desvela que las autoridades retuvieron o falsificaron evidencia desde el inicio de la búsqueda de los 43 estudiantes.
La información, «fue falsificada desde el primer día y se mantuvo hasta el último día», explicó Buitrago, quien forma parte del grupo de la comisión interamericana de derechos humanos que apoya la investigación sobre los 43 estudiantes.
Buitrago explicó que los investigadores, fiscales y personal militar alteraron las escenas del crimen y los registros. Un video de drones del gobierno obtenido por los expertos mostró a la marina y la policía escalando alrededor del área donde supuestamente los 43 estudiantes fueron asesinados con poco control.
El destino de los 43 estudiantes, no soportó el encubrimiento oficial
Los estudiantes de la escuela normal radical, secuestrados por la policía local en el estado sureño de Guerrero. Allí, presumiblemente los mató y quemó sus cuerpos.
Pero los estudiantes estaban bajo vigilancia porque su universidad mantiene fuertes lazos con los movimientos sociales de izquierda en México. Los 43 estudiantes se miraban como un semillero de subversión, señalaron los expertos.
«Las autoridades de seguridad tenían dos procesos de inteligencia en marcha. Uno para seguir las acciones del crimen organizado en la zona y el otro para rastrear a los 43 estudiantes”. Explicaron los investigadores en el informe, que se basó en documentos desclasificados.
Después del secuestro, los peritos trataron de resolver rápidamente el crimen a través de registros ilegales, detenciones y torturas de sospechosos.
México ya pidió al gobierno israelí que extradite a un ex alto funcionario de seguridad, Tomás Zerón. Este fue el jefe de la agencia federal de investigación en el momento del secuestro. El ex funcionario, está en búsqueda y captura, por cargos de tortura y encubrimiento de esas desapariciones.
Zerón, quien huyó a Israel en agosto de 2019, supervisó la agencia de investigación criminal de la oficina del fiscal general y también su trabajo forense en el caso de 2014. La mayoría de los cuerpos de los estudiantes nunca se encontraron, aunque los fragmentos de hueso quemados se emparejaron con tres de ellos.
