Colombia cierra sus fronteras terrestres
Duque trata de minimizar los daños que ocasionen las protestas del fin de semana
Bogotá cierra las fronteras y se está preparando para las protestas masivas que se efectuarán a finales de esta semana, en rechazo a las políticas sociales impopulares de su gobierno y un escándalo que comenzó a principios de este mes por la noticia de que un ataque de las fuerzas gubernamentales contra un campamento guerrillero causó accidentalmente la muerte de ocho niños.
El gobierno colombiano se ha movido para cerrar todas las fronteras terrestres y fluviales entre Colombia y sus vecinos a partir de la medianoche del miércoles y hasta las 5 am del viernes por la mañana, mientras las autoridades se preparan para los ataques nacionales el jueves contra el gobierno del presidente Iván Duque.
«El cierre de las fronteras comienza hoy a la medianoche y durará hasta las 5 am del viernes 22 de noviembre», expresó un comunicado publicado en el sitio web del servicio fronterizo colombiano. “La decisión se aplica a todas las fronteras terrestres y fluviales con Brasil, Venezuela, Perú y Ecuador.
La medida está diseñada para garantizar la seguridad durante las manifestaciones que se realizarán en diferentes regiones del país el jueves 21 de noviembre”, agregó el aviso, pero según las autoridades, durante este período, los puestos de control de fronteras serán reforzados por personal adicional.
Se espera que los manifestantes salgan a las calles de Bogotá, Cartagena, Cali, Medellín, Bucaramanga y otras ciudades el 21 de noviembre en una huelga general organizada por sindicatos y grupos de la sociedad civil, con manifestantes que exigen reformas laborales y de pensiones.
Algunos alborotadores se manifestarán contra el gobierno después de las revelaciones a principios de este mes de que el ejército colombiano bombardeó un campamento dirigido por un ex comandante de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, FARC, en agosto y mató accidentalmente a ocho niños, encubriendo el incidente.
Colombia teme que socialistas penetren sus fronteras y calienten su calle
Colombia se está preparando para las protestas en medio de una ola de disturbios que ya se extendió por gran parte de América Latina, con Chile, Bolivia, Ecuador, Perú y Argentina sacudidos por manifestaciones violentas en las últimas semanas y meses y que según están llenas de infiltrados venezolanos.
Las revelaciones provocaron un escándalo nacional y llevaron al presidente Duque a solicitar la renuncia de su ministro de defensa, las FARC firmaron un acuerdo de paz muy celebrado con el gobierno en 2016, que terminó con un derramamiento de sangre a gran escala durante medio siglo, aunque miles de militantes se negaron a unirse al proceso de paz.
Irónicamente, las autoridades colombianas acusaron recientemente a Caracas y al gobierno de Maduro de estar involucrados en un complot para desestabilizar la situación en el país, pero Maduro le salió al paso y presentó evidencia de que Colombia ha proporcionado refugio y ayuda a los «grupos terroristas anti venezolanos”, en la ONU.
El informe presentado, por Delcy Rodríguez, distó mucho del presentado por Duque, cuya información estaba viciada y presentaba evidencias falsas de actividades guerrilleras en suelo venezolanos, con fotos tomadas en territorio colombiano y con datos transportados de una frontera a otra.
Los desatinos diplomáticos de Bogotá y Washington y la insípida oposición venezolana han fortalecido el gobierno de Caracas, la burla internacional que se hizo al presentar las supuestas pruebas que resultaron falsas y, por supuesto, poner en evidencia la falta de inteligencia de la Inteligencia militar del ejército colombiano en la elaboración de un documento que pretendía poner a Maduro como el promotor del “terrorismo mundial” y terminó señalándolos a ellos de serlo.
Si a ese pronunciamiento se le suma las fotos del líder opositor venezolano y presidente interino Juan Guaidó, siendo recibido en Colombia con honores presidenciales por paracos colombianos, de nada ayuda a los denodados esfuerzos del presidente Duque y su canciller Trujillo para devolver la democracia a Venezuela, no antes de devolvérsela a Colombia primero.
