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China se convierte en el principal defensor de Maduro

Una posible intervención de EE.UU. pondría en riesgo sus inversiones en Venezuela

A principios de este mes, The New York Times, informó que el presidente Trump se había reunido con oficiales militares venezolanos descontentos con el gobierno del país sudamericano para discutir un golpe contra Nicolás Maduro, algunos observadores de los acontecimientos en el país sudamericano probablemente se estremecieron, pues las implicaciones de una intervención militar estadounidense en Venezuela serían demasiado severas para la paz en América.

Esto, podría agravar una crisis venezolana que ya se ha extendido a nivel regional, además de empeorar la crisis, cualquier golpe más severo a Venezuela podría poner a Washington en mayor desacuerdo con Pekín, un experto en relaciones internacionales de la universidad de Kent escribió recientemente en una historia para The Conversation que decía: «Si cumple estas palabras, el enfoque coercitivo de Trump podría tener graves implicaciones para una crisis que se ha vuelto cada vez más regional».

Rubrick Biegon señaló que esta no es la primera vez que Washington adopta una postura tan intransigente hacia Caracas, recordando la participación de la administración de George W. Bush en un intento de cambio de régimen contra Hugo Chávez a principios de la década de 2000, ese intento terminó cimentando el poder de Chávez, y la probabilidad de que esto se repita ahora es igualmente alta: los latinoamericanos, basta con decirlo, no son los mejores admiradores de Trump en el mundo, y es doblemente válido para Venezuela.

China y Maduro.
Maduro ha suspendido la mayoría de los pagos de la deuda externa de Venezuela y le debe más de 6 mil millones de dólares a los tenedores de bonos porque no puede acceder a sus reservas internacionales represadas en EE.UU.

Los economistas siguen siendo escépticos de que la administración de Maduro pueda satisfacer las demandas del dólar

Pero también hay otro peligro aquí, pues si la administración Trump decide seguir adelante con la participación militar, las relaciones entre los Estados Unidos y China podrían verse afectadas, pues el gigante asiático es un importante patrocinador del gobierno de Maduro, justo este mes, Beijing acordó extender un salvavidas por valor de 5 mil millones de dólares a Caracas, y el vocero del ministerio de relaciones exteriores de China dijo en un comunicado que «la situación interna está mejorando y el gobierno de Venezuela está promoviendo activamente la reforma económica y financiera».

Esta es una indicación bastante fuerte de que Pekín no mirará con amabilidad un cambio de régimen forzado en Venezuela, no mientras obtiene crudo venezolano con un alto descuento, especialmente con las sanciones que la administración de la Casa Blanca ha impuesto contra Irán en menos de dos meses.

En cierto sentido, se trata de petróleo, como muchos conflictos, algunos observadores han argumentado que la hostilidad de Washington hacia Caracas está motivada por el deseo de tomar el control de las reservas de petróleo más grandes del mundo, convenientemente ubicadas en su «patio trasero», incluso, a pesar de los numerosos informes de que el presidente Trump está reflexionando sobre la suspensión de las importaciones de petróleo venezolano, aún no ha cumplido su palabra, en parte por las implicaciones humanitarias de tal medida, y en parte porque todavía se necesita crudo venezolano.

Mientras tanto, China busca su propia seguridad energética al expandir su presencia en yacimientos petrolíferos en todo el mundo, y Venezuela es un punto focal natural para tal expansión, durante su visita a Beijing este mes, el presidente Maduro comentó que Venezuela aumentará sus exportaciones de crudo a China a un millón de barriles diarios, ayudado por los 5 mil millones de dólares, que China les ha inyectado.

Además, el director de CNPC visitará pronto Venezuela para finalizar las negociaciones del aumento de las exportaciones de petróleo y con 1 millón de bpd, constituirían casi todo lo que Venezuela está produciendo actualmente, que es de 1,2 millones de bpd, China, que ya ha invertido 65 mil millones en ayuda financiera para Caracas en los últimos diez años, no se incoará tras una arremetida militar contra Venezuela.

Gran parte del préstamo ha sido reembolsado, pero Caracas aún debe alrededor de 20 mil millones de dólares a su aliado, por lo que cualquier intento de Washington de forzar un cambio de régimen y cortar el acceso de China al petróleo venezolano provocaría una reacción rápida y militar, no sólo de China, sino también de Rusia, que es el otro interesado inversor en el país petrolero de Latinoamérica.

Fuente
Bloomberg

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