México sigue apostando al izquierdista y con mucha esperanza
Cuando fue elegido candidato presidencial populista de México Andrés Manuel López Obrador, AMLO, por avalancha en julio, siempre ha estado en el centro del huracán, algunos analistas advirtieron que él podría perder rápidamente apoyo una vez que llegara a Los Pinos, sobre todo si no hubiese podido cumplir con su ambiciosas promesa de hacer un «radical transformación» de su país.
Cinco meses después de su toma de posesión, sus índices de aprobación oscilan entre 60% y el 86% y son la envidia de muchos otros líderes del hemisferio, pero a sus 65 años de edad, AMLO, enfrenta aún más problemas que no ha logrado abordar.
Después de semanas en el puesto principal, AMLO anunció que había iniciado una operación para combatir el robo generalizado de oleoductos, un problema a nivel nacional que cuesta al estado mexicano sobre los 3 mil millones de dólares cada año.
Además de desplegar miles de soldados en la operación, su gobierno también cerró importantes oleoductos que cruzan el país y casi de inmediato, se denunció la escasez de combustible en las principales ciudades, causando enormes colas en las gasolineras.
Sin embargo, las encuestas mostraron apoyo de los mexicanos a la represión, y desde entonces ha ido restaurado el suministro de combustible normal, las cifras oficiales indican que la medida ha reducido significativamente la cantidad de combustible que ilegalmente era desviado, de 81 mil barriles en noviembre del 2018 a 4 mil en los primeros meses del año 2019.
El esfuerzo, «Nos unió, trabajamos juntos y fuimos capaces de avanzar», comentó en un discurso marcando sus primeros 100 días en la presidencia de México, AMLO ha ido cumpliendo sus promesas o preparando el camino ´para lograrlas.
A pesar de las tempranas predicciones de un inminente choque ideológico entre los líderes de Estados Unidos y México, López Obrador ha insistido en que quiere que las relaciones con el presidente Donald Trump deban permanecer sobre una base amistosa.
AMLO ha buscado una actitud de «paz y amor» hacia su vecino del norte a pesar de las recientes amenazas públicas de Trump sobre «cerrar la frontera» con México si el gobierno mexicano no pudiese detener a las caravanas de migrantes centroamericanos dirigidos a los Estados Unidos.
AMLO ha mantenido las promesas, pero no todas las ha cumplido
Aunque funcionarios mexicanos estiman que unos 900 mil inmigrantes, sobre todo de América Central, harán su camino a través de México hacia la frontera con Estados Unidos a finales de 2019.
«Tenemos que ayudar a la administración de Trump, porque los migrantes centroamericanos cruzan por nuestro territorio y tenemos que lidiar con la migración de una manera legal y ordenada y al mismo tiempo tenemos que proteger los derechos humanos del migrante», indicó AMLO el 1 de abril.
Tras las quejas del presidente Trump sobre las caravanas de migrantes hacia los Estados Unidos, el gobierno de AMLO, comenzó a proporcionar trabajo humanitario temporal, otorgando visas a miles de centroamericanos, con lo que ha reducido el número de los que continúan hacia el norte.
Un área donde el presidente López Obrador aún no ha logrado incidir es en el aumento de los homicidios en México, que alcanzó un nuevo récord anual en 2018 con 28 mil 839 homicidios violentos en todo el país, un aumento del 15% sobre 2017.
La tasa de homicidios ha continuado su ascenso desde que entró AMLO al poder, en el primer trimestre del año 2019, se registraron 8 mil 493 asesinatos, un aumento de casi el 10% en comparación con los mismos meses en 2018, según datos del gobierno mexicano.
En un discurso que dio el 11 de marzo, AMLO reconoció que «la población está en un estado de indefensión… Contra la violencia, como ya hemos dicho muchas veces, no se puede luchar con más violencia, la construcción de una mejor, más justa y más humana sociedad es el punto de partida de nuestra política de seguridad pública», afirmó el presidente.
En un movimiento aprobado por el congreso de México, el presidente ha creado una nueva agencia de seguridad, la guardia nacional, para imponer su estrategia de reducir el crimen y la violencia relacionada con los cárteles de la droga de gran alcance en México.
Pero una de las acciones que más le ha ganado simpatías a López Obrador, es que ha prometido cultivar una relación más «directa» con los mexicanos y a menudo rompe protocolos de seguridad para estrechar la mano y tomarse fotos con la gente.
Viaja alrededor del país en vuelos comerciales después de poner al avión presidencial de México a la venta argumentando que era demasiado lujosa para el líder de un país donde millones viven en extrema pobreza.
En su primer día en la oficina también ordenó que la residencia presidencial, Los Pinos, se abrirá al público y se convirtió en un centro cultural, AMLO y su familia continúan viviendo en su casa de clase media de barrio de Tlalpan de la ciudad de México hasta que su hijo más joven termine la escuela primaria a mediados de 2019.
Después de eso, planean moverse a un apartamento de tamaño mediano cerca de su oficina en el palacio nacional de México, donde piensa continuar trabajando hacia la «cuarta transformación» en la historia de México.
