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¿Vuelve la marea rosa de la izquierda?

Los partidos de izquierda, van ganando de nuevo el control político

Los ministros de relaciones exteriores de Venezuela y México se adelantaron a felicitaron a Alberto Fernández, el candidato de la izquierda que representa la alianza del frente para todo, por ganar la presidencia en una votación ensombrecida por una profunda crisis económica que atraviesa la nación austral.

«El gobierno de México felicita a Fernández por su triunfo en las elecciones presidenciales argentinas y reafirma su disposición a renovar los lazos de amistad y cooperación que históricamente disfrutamos», anunció el ministerio de relaciones exteriores de México en un comunicado.

El canciller venezolano, Jorge Arreaza, calificó la victoria de Fernández como un «triunfo», «Nicolás Maduro felicita al pueblo argentino, al presidente electo Alberto Fernández y a Cristina Fernández de Kirchner por la victoria en las elecciones. Este es un triunfo que sin duda expresa la esperanza del pueblo argentino», escribió el canciller en Twitter.

Argentina ha estado en una profunda recesión económica durante años, donde la persistente alta inflación y el creciente desempleo dejan a un 35% de la población por debajo del umbral de pobreza.

A fines de junio de 2018, el fondo monetario internacional, FMI, aprobó un préstamo standby de 50 mil millones de dólares para Argentina, luego, a fines de octubre del mismo año, acordó aumentar el monto total del programa de préstamos del país a 56.3 mil millones.

4 años atrás la inesperada victoria de Mauricio Macri en la elección presidencial de Argentina marcó el reflujo de la “marea rosa”, un largo periodo de hegemonía de la izquierda en América latina, en cuya estela, candidatos de derecha triunfaron en Perú, Ecuador, Chile y Colombia, aunque en Ecuador Lenín Moreno se movió a la derecha solo cuando estaba en el cargo.

En Brasil, el año pasado, un ultraderechista, Jair Bolsonaro, ganó la presidencia y poco después de la victoria de Macri, en Venezuela la oposición derrotó al partido socialista unido de Nicolás Maduro en una elección parlamentaria, la que según fue la última competencia libre que ha visto ese país.

Izquierda Latinoamericana.
En algunos lugares, los gobiernos de izquierda se han mantenido populares, vibrantes y electoralmente competitivos después de más de una década en el poder y en Argentina a regresado.

La izquierda va recuperando posiciones y desplazando malos gobierno de derecha

Evo Morales, el presidente izquierdista de Bolivia desde 2006, perdió un referéndum para cambiar la constitución y permitirle postularse para un cuarto mandato; hoy los movimientos de derecha sucumben a las protestas y la izquierda, parece estar ganando territorio y recuperando sus bastiones.

Desde la victoria del populista izquierdista Andrés Manuel López Obrador en México en julio de 2018, se mostró que los vientos políticos latinoamericanos no soplan en la misma dirección, por lo que la derrota de Macri este fin de semana, no es de extrañar.

Pero al igual que muchos líderes demasiado populares, como alguna vez fue el PSUV de Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega han perdido el contacto con sus electores, y cuando los líderes se vuelven demasiado aislados, las salvaguardas contra la corrupción y las políticas públicas irresponsables se debilitan.

Por lo que los líderes autoritarios tienen menos probabilidades de cambiar de rumbo cuando las cosas van mal y las consecuencias pueden ser devastadoras, como el flagrante fracaso de Maduro para ajustar las políticas económicas en Venezuela durante su descenso y el bloqueo económico al que están sometidos.

El liderazgo autoritario también ha degradado la democracia en Venezuela, Nicaragua y Ecuador de otras maneras, donde los controles y equilibrios de la autoridad presidencial se han debilitado y las libertades de prensa restringidas.

En Ecuador, los presidentes, Lenín Moreno y Rafael Correa, están involucrados en una amarga disputa, y las protestas han sacudido a Ecuador por los cambios en la política económica de Moreno que se alejan de la agenda de Correa.

Lo que distingue a Bolivia y Uruguay es la fuerza de los lazos entre los partidos de izquierda y los movimientos sociales aliados allí, eso ha alentado la falta de responsabilidad y capacidad de respuesta en Venezuela, Brasil y Chile, aunque luego de las elecciones bolivianas, haya mucho que preguntarse.

Eso puede explicar por qué Bolivia ha evitado hasta ahora las peores consecuencias sociales y económicas, aunque la tentación autocrática, también le llegara a el carismático presidente indígena, Evo Morales.

En Argentina, el regreso de la izquierda tiene más que ver con la mala gestión económica del presidente conservador Mauricio Macri, pero el boleto de centroizquierda que lideró la carrera presidencial de Argentina también tuvo éxito porque los candidatos formaron una amplia coalición nacional, que incluye una variedad de movimientos sociales, desde sindicatos hasta grupos feministas.

Para muchos, la izquierda latinoamericana todavía tiene algo de vida y los resultados en Argentina y las resientes manifestaciones en Perú, Chile, Argentina, Bolivia, Honduras, Puerto Rico, Guatemala, El Salvador, Ecuador y Brasil, parece estar demostrando que los votantes tampoco confiaron en la derecha y parecen haber retomado aquel movimiento rosa, que en su momento pareció el correcto.

Fuente
ElUniversalInfobae

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