El Galeón San José, el “santo grial de los naufragios”
El Santo Grial de los naufragios, con una carga de oro, plata y esmeraldas, fue hallado en 2015 por Colombia
El barco español San José, que se hundió en 1708 con una carga de oro, plata y esmeraldas, fue hallado en 2015 por Colombia. Un Santo Grial de miles de millones de dólares, pero su rescate y su propiedad siguen siendo motivo de controversia
Un hallazgo histórico y polémico
El galeón San José era una nave de guerra de la Armada española, que formaba parte de la flota que transportaba las riquezas de las colonias americanas a la metrópoli.
El 8 de junio de 1708, el barco fue atacado y hundido por una escuadra británica, cerca de la isla de Barú, frente a las costas de Cartagena de Indias, en Colombia. El naufragio causó la muerte de más de 500 personas, y el hundimiento de un tesoro estimado en más de 10 mil millones de dólares, compuesto por monedas, lingotes, joyas y objetos de valor.
El galeón San José se convirtió en una leyenda, y en el sueño de muchos cazadores de tesoros, que durante siglos intentaron localizar sus restos en el fondo del mar. Sin embargo, no fue hasta el 27 de noviembre de 2015, cuando el gobierno de Colombia anunció que había encontrado el barco.
Se trató de una expedición científica liderada por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), la Armada Nacional y la empresa estadounidense Maritime Archaeology Consultants (MAC). El hallazgo fue calificado como uno de los más importantes de la historia, y como el «santo grial de los naufragios».
Sin embargo, el hallazgo también generó una polémica, tanto a nivel nacional como internacional, sobre el destino y la propiedad del galeón y su tesoro. Por un lado, el gobierno de España reclamó su derecho sobre el barco, al considerarlo un “buque de Estado”, protegido por las leyes internacionales y por los acuerdos de la Unesco.
Este Santo Grial plantea un rescate complejo y delicado
El rescate del galeón San José es una tarea compleja y delicada, que implica no solo aspectos técnicos, sino también éticos, jurídicos y culturales. El hallazgo se encuentra a una profundidad de más de 600 metros, lo que dificulta su acceso y su exploración.
El barco también está expuesto a las condiciones ambientales, como la salinidad, la corrosión, la presión y las corrientes marinas, que pueden afectar a su conservación y a su integridad. El barco también está rodeado de un halo de misterio y de expectación, que puede atraer a saqueadores y a especuladores.
El rescate del galeón San José requiere de un plan integral y de una coordinación entre las diferentes entidades e instituciones involucradas. Estas, deben garantizar el respeto y la protección del barco y su tesoro, como bienes de interés cultural y de memoria histórica.
El rescate también requiere de una participación y una consulta de los diferentes actores y sectores interesados, como los gobiernos, las comunidades, las organizaciones. Incluso de los expertos y los medios de comunicación, que deben velar por el uso y el beneficio social y educativo del hallazgo.
El levantamiento del San José podría dañar el patrimonio cultural del país
El galeón San José representa un desafío para la ciencia y la cultura, que deben aprovechar la oportunidad y la responsabilidad. No sólo de estudiar y difundir el conocimiento, sino el valor del barco y su tesoro. Un testimonio y fuente de la historia y la identidad de Colombia y de España, y de sus relaciones con el mundo.
El San José también implica un reto para la cooperación y el diálogo entre los dos países, que deben superar sus diferencias y sus reclamos. Y, buscar una solución pacífica y consensuada, que respete el derecho internacional y el interés común.
El galeón San José es una oportunidad y una esperanza para la sociedad, que debe conocer y apreciar el significado. Además, de la trascendencia del barco y su tesoro, como patrimonio de la humanidad y como legado de las generaciones pasadas y futuras.
Este Santo Grial de los naufragios, también refleja una necesidad y una demanda de la sociedad. Estos, exigen el resguardo y la preservación del barco y su tesoro. Así, como símbolos de la diversidad y la riqueza cultural y natural de Colombia y de España. Como expresiones de la paz y la convivencia.
