¿Un asteroide de oro acabaría con la pobreza?

NASA prepara ya un plan para capturar al asteroide que cambiaría la economía mundial

Se produjese durante el Big Bang, o fuera creación del rey Midas o de Dios mismo, realmente no necesitamos descubrir el misterio de los orígenes del oro cuando ya hemos identificado un asteroide con un valor de 700 quintillones de dólares en metales pesados ​​preciosos, por lo que rápidamente el interés científico de la administración espacial norteamericana y de muchos otros ha quedado de lado y ya se está gestando la nueva carrera espacial detrás de un solo asteroide.

Si algo lanza esta carrera espacial de la minería de metales, será el asteroide, Psyche 16, que tendrá su residencia entre Marte y Júpiter y transportará suficientes metales pesados ​​para otorgar a cada persona en el planeta cerca de un billón de dólares, algo que ha puesto a todos de cabeza.

Las enormes cantidades de oro, hierro y níquel que contiene este asteroide son alucinantes y el descubrimiento que se ha hecho, tan sólo amerita probarlo, por lo que la NASA planea hacer precisamente eso, a partir del 2022. 

Por supuesto, afirma el veterano minero Scott Moore, CEO de EuroSun Mining, “los titanes del oro ahora controlan cientos de las propiedades más productivas del mundo, pero los 4-5 millones de onzas de oro que traen al mercado cada año palidecen en comparación con las conquistas disponibles en el espacio».

Y en las próximas décadas, si quieres ser un titán dorado, tendrás que levantarte del suelo y salir del arroyo, pues los verdaderos titanes estarán lejos de la Tierra y en este momento ya están mirando algún asteroide por sus telescopios.

Esta fiebre del oro del siglo XXI, según indica a Outerplaces, el profesor John Zarnecki, presidente de la Royal Astronomical Society, e llevaría alrededor de 25 años para poder obtener una «prueba de concepto» y 50 años para comenzar la producción comercial.

Por supuesto, todo depende de dos cosas clave: la viabilidad económica y nuestro avance de la tecnología espacial y es allí donde entonces, tampoco estamos solos, pues ya hay otras potencias mundiales que también quisieran tener en sus manos ese asteroide y China definitivamente planea dominar esta carrera.

Mitch Hunter-Scullion, fundador de Asteroid Mining Company con sede en el Reino Unido, afirma que este es definitivamente el próximo «boom» de la industria, «una vez que configura la infraestructura, las posibilidades son casi infinitas», pues, «hay una cantidad astronómica de dinero que pueden ganar aquellos lo suficientemente audaces para enfrentar el desafío de la carrera de asteroides».

Moore, de EuroSun, está de acuerdo: “Lo que estamos haciendo en el terreno ahora puede ser impresionante, pero como todo lo demás, incluso la exploración de oro en el espacio es solo una cuestión de infraestructura y eventualmente y antes de lo que creen llegaremos a ella.

Un asteroide con metales pesados, ha sido el primer síntoma de la fiebre del oro del siglo XXI

Pero no se trata solo de los prospectos de quinientos millones de dólares del cinturón de asteroides, que se encuentra a 750 millones de kilómetros de la Tierra, «este puede ser el Santo Grial de la exploración espacial para el oro, pero no será la primera parada en esta aventura», afirma Moore.

También hay asteroides cercanos a la Tierra, que pasan cerca de la Tierra y podrían ser empujados a una órbita desde la cual se podrían extraer el agua y otros elementos, luego está la luna, que contiene recursos como oro y metales del grupo del platino al helio-3, agua y metales de tierras raras.

A pesar de que las operaciones mineras requieren gravedad y la Luna es solo una sexta parte de la Tierra, los científicos explican que hay suficiente gravedad para que funcione y ya existe un mercado global para la minería de asteroides y Allied Market Research estima que alcanzará los 3 mil 800 millones de dólares en 2025.

Están contando las misiones espaciales en curso y futuras, el aumento en el flujo de inversiones en tecnologías de minería espacial y el uso creciente de materiales impresos obtenidos de asteroides en la tecnología de impresión 3D.

Según Allied, mientras que el segmento de diseño de naves espaciales de este mercado representó cuatro quintas partes de los ingresos totales en 2017 y se espera que continúe dominando hasta 2025, el gran cambio aquí será en el segmento de minería espacial, o el «segmento de operación «.

Se espera que ese segmento crezca más del 29% para 2025 «debido a un aumento en la inversión por parte de actores públicos y privados en tecnologías de minería espacial para la explotación de recursos… No se puede pensar en la minería espacial como algo que sucederá repentinamente en 25 o 50 años», porque, “ya está sucediendo desde una perspectiva de inversión. Y el cinturón de asteroides es solo un aspecto de este mercado. Todo el mercado espacial global ya tiene un valor de cientos de miles de millones».

El primero en llegar se lo queda

China se ha comprometido a dominar esta carrera, y ese es un juego más fácil para un país que controla todas las principales compañías de recursos naturales y mantiene una estrecha relación con los desarrolladores de tecnología.

Eso no quiere decir que los Estados Unidos no tengan ambiciones aquí, la diferencia, sin embargo, es cruda, mientras que la NASA se centra en la exploración espacial y las misiones científicas, China se centra en una economía basada en el espacio que se está centrando en la generación de riqueza a largo plazo.

Incluso Europa, donde EuroSun está desarrollando una importante mina de oro en Rumania, tiene su mano en el juego y ya en enero, la agencia espacial europea, ESA, anunció un acuerdo con ArianeGroup, la empresa matriz de Arianespace, para estudiar una misión de preparación a la luna en 2025, teniendo los recursos naturales en su mente.

Hasta la pequeña Luxemburgo cuenta con 10 compañías de minería espacial registradas desde 2016, con algunas empresas espaciales dirigidas a la Luna y otras mirando asteroides cercanos a la Tierra para la minería, al igual que ISpace, con sede en Tokio, es una compañía privada de exploración espacial que planea completar una órbita lunar en 2020 y un aterrizaje suave en 2021.