México y Colombia amigos desde siempre, enemigos políticos y un continente en común
Coincidentes con cualquier país latinoamericano, Colombia y México, comparten más puntos en común que cualquiera. No hay otros dos países latinoamericanos tan parecidos o tan queridos entre sí como Colombia y México. Incluso fueron vecinos hace exactamente 200 años.
En 1821, 11 años después de que comenzaran a luchar por su independencia de España. Colombia el 20 de julio de 1810 y México el 16 de septiembre del mismo año, compartieron una frontera que hoy es el límite entre Costa Rica y Panamá.
Pero eso fue cuando México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica formaban parte del primer imperio mexicano y cuando Colombia, Panamá, Venezuela y Ecuador comprendían la común Gran Colombia.
Probablemente no haya otras dos naciones tan bendecidas por la naturaleza y tan malditas por su proclividad común a vivir al límite. Colombia, que parió sus Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez; y México, con El laberinto de la soledad de Octavio Paz.
Una pléyade común de elementos inexorables son sus historias paralelas
Ambos países son privilegiados por sus geografías, recursos naturales, historias, culturas y pueblos de espíritu público. Pero están en común asediados por la pobreza, la violencia, la corrupción, el narcotráfico y la demagogia política.
Bienaventurados los dos por sus dos costas, del Pacífico y el Atlántico, y sus recursos naturales marinos. Así como por las selvas tropicales de la gran selva maya Lacandona, y la parte colombiana de la vasta selva amazónica.
Y bienaventurados ambos países por los poderosos ríos Amazonas y el Magdalena en Colombia y los ríos Usumacinta y Grijalva en México.
También son bendecidos con antiguas culturas indígenas: aztecas, mayas, olmecas, y muiscas, taironas e incas. Con una común historia de asedio a los indígenas y el abandono de estas.
En 1821, Colombia fue el primer país en reconocer la independencia de México. Incluso, el primer mensaje de felicitación que México recibió como nación libre fue del venezolano Simón Bolívar, el propio Libertador, en nombre de la Gran Colombia.
Esos lazos en común entre colombianos y mexicanos son difusos hoy en día. Mientras el narcotráfico los ahoga en su violencia derivada de los carteles de droga.
La historia puede que tenga la razón o que esté totalmente equivocada
Hay quien afirma que los colombianos y los mexicanos son innatamente violentos y corruptos, respectivamente. Una común tontería. Sin embargo, es cierto que las guerras fratricidas de Colombia entre conservadores y liberales dejaron 300 mil muertos y 2 millones de desplazados.
Aun se conservan esas comunes cicatrices y el empoderamiento inmarcesible de la derecha como común liderazgo. Además de un catolicismo arraigado en su desarrollo.
Pero lo que menos se puede olvidar es que tanto Colombia como México se encuentran entre los países donde más defensores ambientales han sido asesinados. Un común estigma contra el medio ambiente.
Hoy, México pasó tres años de su primer gobierno progresista, sin mejores resultados y en común Colombia ve como en ciernes, la marea rosa del siglo XXI, toma su orilla. Será común su experiencia o habrá mejores resultados. Sólo en tiempo lo dirá.
