Los manifestantes reunidos frente al congreso culpan al gobierno de los problemas económicos
Por tercer día consecutivo, manifestantes argentinos, se reunieron frente al congreso nacional en Buenos Aires, exigiendo que el gobierno tome más medidas para ayudar a los pobres, miles de argentinos han salido a las calles de la capital, exigiendo que el gobierno tome medidas para abordar la profundización de la crisis económica y cambie las medidas del FMI, a favor de ellos.
Los reclamantes se reunieron afuera del congreso, cuando la cámara baja se reunía para aprobar un plan de emergencia alimentaria en medio de informes de aumento del hambre de los argentinos, el proyecto de ley fue aprobado por unanimidad por los legisladores, pero ahora está pendiente de aprobación por el senado.
De ser aprobada, la ley proporcionaría un aumento del 50% en los programas de asistencia alimentaria hacia los argentinos más necesitados, este proyecto de ley se aprobó por primera vez en 2002, cuando el colapso económico dejó a una de cada cinco personas desempleadas, es retomado por los legisladores una vez más.
«La situación es grave para todos nosotros», expresó Iván Martínez, un manifestante en Buenos Aires, «soy un trabajador de la construcción, pero no hay trabajo. Es difícil alimentar a mis hijos. Es por eso que vengo aquí porque las políticas del presidente nos están matando lentamente», concluyó.
Los argentinos, no tienen entre sus planes reelegir a Mauricio Macri, debido a sus medidas
Sin embargo, algunos miembros del gobierno se muestran escépticos y creen que estas manifestaciones son organizadas por la oposición para manipular la agenda antes de las elecciones presidenciales programadas para el 27 de octubre.
«Hemos retirado los impuestos de los alimentos básicos, aumentado el salario mínimo, aumentado el dinero en efectivo y muchas otras cosas para ayudar a quienes lo necesitan», indicó a Ricardo Jazira, congresista argentino, «no entiendo por qué los argentinos continúan protestando porque les estamos dando lo que necesitan».
El país austral, ha estado en recesión desde el año pasado y tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo, con más del 54%, el desempleo se ha disparado y la economía se ha reducido en 5,8% en el primer trimestre de este año.
Según datos de la organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación, FAO, el país también se encuentra entre los países latinoamericanos donde el hambre aumentó más durante 2018, “los argentinos, no están comiendo”.
El año pasado, el fondo monetario internacional, FMI, también acordó aumentar el monto de su rescate a 57 mil millones de dólares, mientras que el gobierno de Macri, acordó recortar los beneficios de pensiones y los subsidios de los servicios públicos, medidas que, paralizaron a los sectores más pobres de la sociedad.
La popularidad del presidente Mauricio Macri disminuyó abruptamente y en agosto su gobierno sufrió una aplastante derrota en las primarias presidenciales, poco después el peso perdió 26% de su valor frente al dólar, derrumbando el índice de riesgo del país donde precios de bonos cayeron a mínimos históricos.
El gobierno rápidamente impuso controles cambiarios y también solicitó una reprogramación de sus deudas, «ahora que tiene controles de capital, hay cierto grado de calma tensa en los mercados», afirmó Alan Cibils, un economista argentino, «las cosas se estabilizarán. Tendremos que ver al final del día cuántas reservas vendió el banco central para mantener el tipo de cambio», agregó.
En medio de la incertidumbre económica, la apuesta de Macri por la reelección y la aprobación de los argentinos, parecen estar en grave peligro, en esta economía de devastación la moneda oficial de Argentina, el peso, le dado al billete verde la posibilidad de que define el cambiante panorama económico del país.
